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Continúan las operaciones militares e incendios en Bangkok

Reuters

Por Michael Perry y Ploy Ten Kate

Unos soldados instalaban barreras de alambres de púas y revisaban vehículos en busca de armas el viernes en Bangkok, dos días después de que concluyeron las protestas antigubernamentales que condujeron a los peores episodios de violencia en la historia moderna de Tailandia.

Cientos de tropas registraban un exclusivo distrito comercial de la capital, tras desalojar un campamento establecido por miles de manifestantes "camisas rojas", en busca de armas y explosivos en el ahora desierto campo de batalla.

Algunos centros comerciales todavía seguían ardiendo tras la violencia del miércoles.

El ministro de Finanzas, Korn Chatikavanij, expresó su confianza en que la economía se recuperará rápidamente si se mantiene la estabilidad vista en las últimas 24 horas.

Pero él reconoció que el turismo, que emplea al menos un 15 por ciento de la fuerza laboral y representa un 6 por ciento de la economía, tardará mucho más en recuperarse.

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, cuya salida es buscada por los "camisas rojas", se dirigirá a la nación en una transmisión en directo por televisión a las 11:15 hora local (0515 hora GMT), dijo un portavoz de Gobierno.

Las empleadas de limpieza trabajaban en las entradas a las tiendas de lujo de Bangkok para limpiar el hollín que dejaron los neumáticos que fueron incendiados en las barricadas.

Los bomberos apuntaban una manguera contra una masa de escombros y metal retorcido que alguna vez formó parte de Central World, el segundo centro comercial más grande del sudeste de Asia.

Fuera del área de 6 kilómetros cuadrados, el caótico tráfico de Bangkok congestionaba las vías debido a que los viajeros se veían obligados a rodear la zona militar.

Muchas tiendas y bancos estaban cerrados, el transporte público era limitado y una festividad pública de una semana aseguraba que muchos de los 15 millones de residentes de la urbe se mantenían en casa.

Con un toque de queda vigente por al menos dos noches más y las operaciones de limpieza el proceso bajo un estado de emergencia, los responsables podrían ver facilitado su trabajo de asegurar a los inversores extranjeros y turistas que Tailandia es segura.

"Esto ha sacudido gravemente la confianza en Tailandia. Lo que ahora necesitan las empresas es que el Gobierno restaure la ley y el orden y los negocios existentes puedan reanudar sus operaciones", declaró a Reuters Nandor von der Luehe, presidente de las Cámaras de Comercio Extranjero de Tailandia.

"Al mismo tiempo, el Gobierno debe asegurar que los elementos armados no pasen a la clandestinidad y comiencen una guerra de guerrillas en Bangkok y en el resto del país. Si eso ocurre, alejaría a los negocios de Tailandia", agregó.

La represión de las nueve semanas de protestas en Bangkok comenzó antes del amanecer el miércoles en la mañana y provocó la muerte de 15 personas y dejó cerca de otras 100 heridas.

El centro médico de emergencia Erawan dijo que 52 personas fallecieron y que 408 resultaron heridas en el último recrudecimiento de la violencia desde el 14 de mayo.

Decenas de edificios fueron quemados, incluyendo varios bancos y la bolsa de valores. El mercado bursátil está cerrado, pero el banco central dijo que los bancos dentro de los centros comerciales podrían reabrir sus puertas el viernes.

La Tailandia moderna jamás había pasado por un período tan prolongado de violencia urbana, disturbios mortales, enfrentamientos y destrucción extendida, y jamás se había acercado tanto a un completo conflicto civil.

"Tailandia se ha convertido en una nación profundamente dividida y a pesar de que hablar de una guerra civil aún podría ser prematuro, existe un alto riesgo de que el malestar civil y la violencia política no sean contenidos", opinó Danny Richards, analista de Economist Intelligence Unit.

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