Este artículo se publicó hace 16 años.
El control de la natalidad, vía para mejorar la salud ambiental del planeta
El presidente de la Unión Internacional de la Naturaleza, el indio Ashok Khosla, elegido hoy, ha hecho un llamamiento al control de la natalidad y de la demografía del planeta como vía para reducir las emisiones de gases invernadero y la presión medioambiental sobre los recursos.
Khosla, que ha asumido hoy el cargo en la Asamblea de la UICN que se celebra en Barcelona, ha apuntado que el incremento demográfico del planeta tiene una influencia directa en el aumento del carbono en la atmósfera, por lo que se ha mostrado partidario de un control de la natalidad, fomentando la incorporación de la mujer al mundo laboral, sobre todo en los países en desarrollo.
El nuevo presidente de la UICN -el mayor 'lobby' medioambiental del planeta, con representantes de gobiernos, ONG, científicos y de organizaciones ecologistas e indígenas- ha reconocido que, aunque este tipo de planteamientos no son del todo populares, él es partidario de fomentar familias con un menor número de miembros, que posibilite una demografía mundial más reducida en el año 2050.
En este sentido, ha puesto algunos ejemplos de la India, donde por medio de programas de alfabetización de la mujer se ha logrado su incorporación al mundo laboral, lo que en algunas comunidades ha supuesto una reducción drástica de la natalidad.
El presidente de la UICN ha señalado que la utilización de los bosques como control del carbono en la atmósfera es fundamental, pero ha recalcado que existen "otras soluciones" y ha abogado por la creación de una comisión independiente, respaldada por el Banco Mundial o la Fundación Clinton, que analizaría la sostenibilidad del denominado "secuestro de carbono" o de los biocombustibles, alternativas con numerosos detractores y defensores.
Sobre la relación que la UICN debe mantener con las empresas, otro de los grandes asuntos que se debate estos días en el marco de la asamblea de la organización, Khosla ha recalcado que no se les puede obviar y que se debe negociar con el sector privado, por el importante impacto que su actividad tiene en la naturaleza.
"Tenemos que convencerles, y no se puede convencer sino se habla" ha afirmado Koshla, quien, no obstante, ha advertido de que la UICN no dejará que las empresas se le acerquen sólo para mejorar su imagen social en búsqueda de un 'greenwash', un 'lavado verde', si luego esta aproximación no va acompañada del cumplimiento de buenas prácticas.
Igualmente, ha señalado que aunque la UICN puede aceptar ayudas económicas de empresas para poder desarrollar su labor, este dinero no impedirá que la organización "diga lo que tiene que decir" y continúe con su labor de denuncia aunque vaya en contra de los intereses de esas compañías.
"Se busca la colaboración con las empresas, pero si la cosa no funciona lo decimos, no podemos ser arrinconados por nadie", ha añadido Koshla, para quien los miembros locales de la UICN en todo el mundo desempeñan una labor fundamental, ya que debe ser los "perros de guardia" que han de estar "ojo avizor", ante cualquier conflicto que atente contra la sostenibilidad.
Ha adelantado que durante su mandato quiere hacer especial hincapié en aspectos relacionados con el ciclo del agua, y ha alertado que el planeta se enfrenta a otro gran nuevo problema: la acidificación de los mares, "que puede ser un área de desastre tremendo tan importante como el cambio climático".
Koshla ha animado a la sociedad civil a que actúe y ejerza presión sobre sus gobiernos para que los asuntos relacionados con la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento de la biodiversidad reciban el trato adecuado en sus agendas.
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