Este artículo se publicó hace 16 años.
El convoy de residuos nucleares avanza hacia el cementerio alemán entre protestas
El convoy ferroviario de residuos nucleares, que partió el viernes de Francia en dirección al cementerio de Gorleben (norte de Alemania), avanza hoy hacia su destino entre acciones de bloqueo y con 15.000 manifestantes acampados en la región en protesta contra el transporte.
La policía consiguió de madrugada desalojar de las vías a dos activistas que lograron provocar un retraso de más de doce horas en la entrada en territorio alemán del convoy, por el sur del país.
En la región de Dannenberg, ciudad vecina al cementerio de Gorleben, miles de manifestantes pasaron la noche en vela y se preparan para llevar a cabo acciones de protesta para cuando llegue hoy el tren.
Entre el viernes por la noche y ayer sábado se concentraron en la región unos 15.000 manifestantes, la mayor movilización del colectivo antinuclear de los últimos años.
Junto a los manifestantes llegados de todo el país participan en las protestas vecinos de la región y campesinos, flanqueados por centenares de tractores.
El convoy partió el viernes de la planta de reprocesamiento de La Hague (Francia) y está formado por once vagones que transportan 17 toneladas de residuos, vitrificados y herméticamente protegidos en contenedores del tipo TN-85 de hasta un total de cien toneladas.
Desde su entrada, por el sur del país, a Dannenberg, distan unos 1.000 kilómetros y el últimos tramo, desde esa ciudad al cementerio nuclear de Gorlebe, unos veinte kilómetros, se realiza por carretera tras trasladarse los contenedores del tren a camiones.
Se trata del primer transporte desde hace dos años y la policía preparó un dispositivo de 16.000 agentes para proteger el convoy.
En el pasado, estos transportes iban acompañadas de grandes manifestaciones antinucleares que en ocasiones generaron batallas campales contra la policía, la última de las cuales fue en 2001.
En los últimos años, las protestas habían cedido tras acordar gobierno roji-verde del canciller Gerhard Schröder el plan gradual de abandono de la energía nuclear.
Ahora, el movimiento antinuclear se ha revitalizado ante el propósito de la canciller Angela Merkel de revisar el plan de cierre de las plantas atómicas.
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