Este artículo se publicó hace 15 años.
Corea del Norte lanza un cohete sobre Japón; arrecian críticas
Corea del Norte lanzó el domingo un cohete de largo alcance sobre Japón, desatando las críticas internacionales y motivando una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que Corea del Norte había violado las resoluciones de la ONU, aumentando su aislamiento internacional, e instó a Pyongyang a evitar nuevas "acciones provocativas".
"Con este acto provocativo, Corea del Norte ha ignorado sus obligaciones internacionales, ha rechazado las llamadas inequívocas a la moderación, y se ha aislado aún más de la comunidad internacional", dijo Obama en Praga durante su gira por Europa, a través de un comunicado.
El mandatario estadounidense hablará en Praga sobre la reducción y el control de los arsenales nucleares.
La Casa Blanca dijo que tomará medidas para hacer saber a Corea del Norte que no puede amenazar la seguridad regional. Corea del Sur dijo que el lanzamiento del cohete, visto por muchas potencias como una prueba disfrazada de un misil balístico, era un acto "imprudente".
Japón dijo que dejó de observar el cohete Taepodong-2 después de que superara los 2.100 kilómetros al este de Tokio, lo que indicaba que el lanzamiento había sido exitoso. En su única prueba anterior, en julio de 2006, otro cohete estalló 40 segundos después de su despegue.
La agencia de noticias surcoreana Yonhap citó a un responsable del Gobierno en Seúl diciendo que el cohete parecía transportar un satélite, lo que se ajusta a las afirmaciones de Pyongyang sobre su plan de lanzamiento.
El secretario general del gabinete de Japón, Takeo Kawamura, dijo que incluso si el objeto lanzado era un satélite, el acto viola las resoluciones de la ONU sobre las actividades de misiles balísticos en Corea del Norte.
En Nueva York, el embajador de Japón ante la ONU solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para discutir el lanzamiento. Un diplomático dijo que la reunión se realizaría a las 1900 GMT del domingo.
"Es extremadamente lamentable que Corea del Norte haya proseguido con el lanzamiento (...) y nosotros protestamos con firmeza", dijo Kawamura.
Analistas dicen que el lanzamiento podría haber ayudado al líder norcoreano Kim Jong-il a apuntalar su posición después de que una supuesta apoplejía que habría sufrido en agosto planteara dudas sobre su control del poder, reforzando su costumbre de usar amenazas militares para lograr concesiones de las potencias mundiales.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han dicho que el lanzamiento se trataba de una prueba disfrazada del misil Taepodong-2, diseñado para llevar una ojiva nuclear hasta Alaska. El cohete tiene un rango estimado de 6.700 kilómetros.
Corea del Norte, que durante años ha utilizado las amenazas militares para ganar concesiones de las potencias regionales, ha dicho que busca poner un satélite en órbita como parte de un programa espacial pacífico y amenazó con ir a la guerra si el cohete era interceptado.
NEGOCIACIONES A SEIS BANDAS
El domingo era el segundo día del margen establecido por Corea del Norte para el lanzamiento entre el 4 y el 8 de abril. El país ya probó un aparato nuclear en 2006.
La primera etapa de propulsión del cohete parece haber caído en el Mar de Japón, a unos 280 kilómetros al oeste de la coste norte de Japón, dijo la oficina del primer ministro nipón en un comunicado.
La segunda etapa parece haber caído en el Océano Pacífico a unos 1.270 kilómetros al este de Japón, añadió.
Stephen Bosworth, enviado especial de Washington a Corea del Norte, sugirió la semana pasada que el lanzamiento era un final previsible y que esperaba reincorporar al régimen de Pyongyang a las negociaciones a seis bandas para poner fin a su programa nuclear una vez que "el polvo" se asiente tras el lanzamiento.
Si bien dijo que las negociaciones entre Corea del Norte, Corea del Sur, China, Japón, Rusia y Estados Unidos eran clave para los esfuerzos por conseguir que Corea del Norte renuncie a su programa nuclear, también dijo que Washington está listo para sostener contactos directos con Pyongyang en cualquier momento.
Las negociaciones a seis bandas se estancaron en diciembre y Pyongyang ha amenazado con renunciar al diálogo si Naciones Unidas impone cualquier sanción por el lanzamiento del cohete.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón ven el lanzamiento como una violación a las resoluciones que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en el 2006, después de que Pyongyang realizara la prueba nuclear.
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