Este artículo se publicó hace 16 años.
Crece el número de menores de clase media-alta que delinquen
El juez Emilio Calatayud dice que ya no se reduce a chavales marginales
"O sacas la ESO por lo civil o por lo criminal". Es una de las condenas recurrentes del titular del Juzgado de Menores número 1 de Granada, Emilio Calatayud. Este magistrado asegura que el 80% de los chavales que cometen delitos no son delincuentes y que ahora no son solo chavales de clase baja, sino también media-alta. "Todas las clases sociales están equiparadas", dice.
Así, habla de un aumento de la violencia contra los padres, delitos informáticos, menores policonsumidores de drogas, ludópatas y otros con enfermedades mentales, problemas más relacionados con la clase media. Por sexos, los chicos cometen más delitos (75% frente al 25% de las chicas), aunque la distancia se acorta en la violencia familiar (55% frente al 45% de las chicas).
En sus 20 años como juez de menores, Calatayud ha notado esa evolución del perfil del menor que delinque. En los años 80, en pleno auge de la heroína, eran "chavales de clase marginal, con muchas carencias". Ahora, es un menor "culturizado", que comete delitos determinados por su clase, pero también de todo tipo.
El juez apuesta por buscar alternativas a su internamiento, como las que recoge en su libro Mis sentencias ejemplares (La Esfera de los Libros). "Lo fundamental es creerse la ley y la posibilidad del cambio", afirmó ayer en Madrid durante la presentación de su obra, que incluye también fracasos de sus sentencias.
Calatayud, que achaca parte de su éxito a su equipo técnico (psicólogos, educadores y trabajadores sociales), se queja de que las familias no son conscientes de la responsabilidad de la paternidad. "Los padres también son responsables de lo que hacen sus hijos en su cuarto por Internet o con el móvil", advierte. Como ejemplo, el magistrado cita una condena de 10.000 euros que puso a unos padres por "una noche de juerga de su hijo".
A su juicio, la reforma de la Ley del Menor de 2007 no debe cambiarse y niega que sea blanda. El juez recuerda que se puede detener al menor, ponerle esposas, encerrarle en dependencias policiales 72 horas, internarle entre 6 y 10 años y encarcelarle a los 18 años. Calatayud lamenta que el juez de menores es "el menor de los jueces".
Sorprendido por su fama, cree que hay otros magistrados de menores que hacen una "gran labor" y admite que es más fácil en una ciudad pequeña y con la implicación de las instituciones. Acusa al Consejo General del Poder Judicial de no vender bien el trabajo de los magistrados.
Condenas ejemplares para reeducarLa que le dio la fama
Aunque años antes dictó la misma sentencia, Calatayud saltó a los medios de comunicación con la condena que le impuso a un "ladronzuelo de poca monta": aprender a leer y escribir y operaciones aritméticas básicas. También ha obligado a sacarse el graduado , el carné de conducir o hacer el Camino de Santiago.
Limpiar espejos
Una chica que pegó a otra al salir de la escuela porque "me miraba mal", como ella misma relató, fue condenada a limpiar espejos durante 50 horas, para que viera su propia mirada. Otros, sobre todo los "pijos", han limpiado su Juzgado o escrito una canción alabando a sus profesores.
El Ejército
El juez calcula que ha sustituido la condena a una decena de chavales por entrar en el Ejército y que le "agradecen la disciplina". Incluso, habla de algún "chorizo" que ahora es cabo y tiene más de 200 hombres a su cargo.
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