Este artículo se publicó hace 16 años.
La crisis amenaza a los productores de crudo con una caída de la demanda y de los precios
La pronunciada caída de los precios del crudo y la retracción de la demanda mundial petrolera en medio del deterioro económico ha hecho sonar la alarma de la OPEP, que la semana próxima buscará en Viena un acuerdo para apuntalar el valor del "oro negro".
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) adelantó al 24 de octubre la reunión extraordinaria que había convocado para el 18 de noviembre con el fin de evaluar el impacto de la crisis financiera en los mercados petroleros.
El cambio fue anunciado el jueves por el secretario general de la organización, el libio Abdala Salem El Badri, tras el desplome de los precios de más del 50 por ciento frente a su récord histórico de julio y después de que el barril de referencia de la OPEP quedara a menos de 70 dólares, por primera vez desde agosto de 2007.
El grupo intentará retomar el control sobre los precios del crudo, que en la primera mitad del año, bajo la influencia de la especulación financiera, se dispararon hasta 147 dólares el barril.
Para ello será clave la actitud de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, que tras elevar la extracción hasta unos 9,7 millones de barriles diarios (mbd) en julio, ha comenzado a reducirla y se ha comprometido en septiembre a cumplir su cuota de 8,9 mbd.
Para los productores, aunque sus arcas se han llenado con la espectacular subida del valor del crudo en los últimos años, la situación es delicada ya que dependen altamente de su venta.
Así, el petróleo aporta más del 80 por ciento de las divisas que recibe Venezuela y cerca de la mitad de los ingresos del presupuesto nacional.
Pero mientras Caracas ha basado su presupuesto 2009 en un precio de 60 dólares para su barril, Ecuador, que financia cerca del 35 por ciento del presupuesto con su crudo, ha presupuestado un barril a 85 dólares, lo que equivale a 100 dólares para el del crudo de Texas (WTI), el referente para EEUU.
Por otro lado, a la OPEP le preocupa perder por completo el control de los precios si se mantiene la alta velocidad de su depreciación, la mitad en tan sólo en tres meses.
Si una parte de ese fenómeno es atribuible a la huida en masa de los especuladores, que se habían refugiado en contratos futuros, ahora la crisis también está afectando al mercado "real".
La OPEP corrigió esta semana en más de un tercio su pronóstico sobre el crecimiento anual de la demanda mundial de crudo en 2008, que calcula ahora en 550.000 bd (0,6 por ciento), frente a los 880.000 bd (1,02 por ciento) previsto hace un mes.
Redujo además en 450.000 bd su cálculo sobre el consumo medio en 2009, al cifrarlo en 87,21 mbd, con un aumento anual de 760.000 bd.
La receta del grupo para evitar una caída ulterior de los precios es rebajar su oferta y, de hecho, los mercados esperan que sus trece países adopten una reducción significativa de su producción conjunta, en al menos un millón de bd.
"Es una predicción que no puedo confirmar. La OPEP espera reducir la producción en un millón de barriles diarios, si no más", dijo el jueves el titular qatarí de Energía, Abdalá Bin Hamad al Atiya, a la cadena de televisión Al Yazira.
Donde no se divisa un consenso es sobre el precio mínimo para el barril, ya que mientras países como Irán, Venezuela y Ecuador han abogado por unos 100 dólares, otros, como Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, podrían aceptar valores en torno a los 70 dólares e incluso menos.
Otra incógnita dentro de la situación actual es la estrategia de los competidores de la organización, como Rusia, el mayor productor fuera de la OPEP, que desea un acercamiento a este grupo y no se descarta que pueda adherirse más tarde a una disminución de la oferta mediante un recorte de sus exportaciones.
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