Este artículo se publicó hace 15 años.
La crisis económica frustra el objetivo europeo
Todavía queda muy lejos la meta del 3% de la Agenda de Lisboa
"La imaginación es más importante que el conocimiento". Esta frase de Albert Einstein puede servir de consuelo y de asidero a muchas pequeñas empresas europeas, que sobreviven a duras penas en medio de una crisis como no se ha conocido en la historia de la Unión Europea (UE), ahogadas por unos créditos que no fluyen y un consumo que se encoge.
Inventar y crear puede ser efectivamente una solución para las pymes. Además, en 2009, en el que la Comisión Europea prevé que el PIB en la UE caiga un 1,8%, se celebra el Año Europeo de la Creatividad y de la Innovación, aunque las cosas no estén precisamente para lanzar confeti.
"No sabemos cuánto va a durar esta crisis ni qué profundidad alcanzará. Pero cuando termine, aquellos que hayan invertido en creatividad e innovación se encontrarán liderando el grupo", advirtió el comisario de Educación y Formación Ján Figel.
Pero estas llamadas a filas del I+D, repetidas cíclicamente desde Bruselas, sobre todo desde el año 2000, han tenido hasta ahora un efecto limitado. En ese ejercicio se lanzó la llamada Agenda de Lisboa, la hoja de ruta para convertir a la UE en el líder mundial de la economía del conocimiento. A un año de que expire el horizonte de esta estrategia, que estableció el objetivo de invertir el 3% del PIB comunitario en I+D para dar este salto, la meta aparece todavía muy lejos. Según el Cuadro Europeo de Indicadores de Innovación de 2008, la inversión en innovación se mantiene en el 1,84% del PIB, lastrada por el escaso nervio del sector privado, frente al 2,6% de EEUU. Y el negro horizonte económico no permite ser optimista sobre una mejora del índice.
Inversiones vitales
Sin embargo, "en estas fechas de crisis, no es momento para tomarse un respiro en las inversiones en I+D. Son vitales si Europa quiere encarar los desafíos del cambio climático y la globalización", auguró Janez Potocnik, comisario responsable de Investigación.
Las medidas para encarar la crisis y la aprobación del Paquete de Clima y Energía, hermanadas desde los discursos de Bruselas, fueron vistas por la Comisión como la oportunidad no sólo para salir del bache económico, sino para meter en la cintura de la sostenibilidad a la industria europea, al tiempo que se aceleraba el paso en la Agenda de Lisboa.
No obstante, el músculo público, en el que también se incluyen los 1.000 millones para extender la banda ancha en el continente propuestos por la Comisión Europea, no resulta suficiente. Poniendo voz a las conclusiones del informe, Potocnik aseguró que este horizonte tan oscuro en el camino hacia la economía del futuro se debe sobre todo a la baja inversión del sector privado, por lo que pidió mayor movilización de fondos desde ese lado de la mesa y una mayor implicación de la industria de alta tecnología. Hoy, este área de negocio representa el 12% del PIB europeo, frente al 18% de EEUU.
El ligero aumento de la UE en I+D ha sido protagonizado, además, por países que aún tenían espacio para crecer, lo que ha maquillado el estancamiento de las grandes economías. Entre estos países, destacan Rumanía y Bulgaria con la mayor alza, por encima del 7%.
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