Este artículo se publicó hace 15 años.
La crisis empuja a Zapatero a remodelar su Gobierno
El presidente ultima un cambio en el Ejecutivo para colocar a Elena Salgado en la vicepresidencia económica // Encarga a Manuel Chaves una vicepresidencia territorial y a José Blanco, Fomento
El presidente del Gobierno ultima una estratégica remodelación de su Ejecutivo que pretende materializar antes de las vacaciones de Semana Santa. Los cambios afectarían, al menos, a tres puestos clave, según ha confirmado Público en fuentes de Moncloa, aunque podría extenderse a más departamentos.
El propio Zapatero se pronunció ayer con cautela ante estas noticias: "Siempre he dicho que es una facultad del presidente del Gobierno y no suelo decir nada al respecto. Cada uno es libre de dar la información que quiera. Veremos si se acierta o no". Desde Estambul, el presidente no quiso desmentir los cambios.
Zapatero pretende reforzar el perfil político de su nuevo Gobierno
Los relevos fundamentales apartan del Ejecutivo al vicepresidente económico, Pedro Solbes, a quien Zapatero plantea sustituir por la titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado, cuya cartera pasaría a manos del presidente andaluz, Manuel Chaves, desde una vicepresidencia tercera de nueva creación.
El tercer cambio estratégico que baraja Rodríguez Zapatero llevaría al número dos del PSOE, José Blanco, al Ministerio de Fomento en sustitución de Magdalena Álvarez.
Este cruce de nombres dentro del Ejecutivo podría extenderse a otros departamentos, entre los que figuran Cultura, Sanidad y Educación. No se descarta, además, la fusión entre algunos ministerios como gesto de austeridad ante la crisis. En esta dirección encajaría la posible integración de Cultura en Educación.
El presidente baraja fusionar algunos ministerios como gesto de austeridad
La profunda remodelación que se plantea Zapatero podría hacerse pública una vez que el presidente regrese a España procedente de Estambul. Zapatero ha cerrado en la capital turca una gira europea que los socialistas tratan de capitalizar como pista de despegue para una nueva etapa de impulso que entierre la atonía política que critican destacados responsables del PSOE y del propio Ejecutivo.
El relevo se produciría, además, como un revulsivo en el umbral de las elecciones europeas, que el PP plantea como un aperitivo de las generales tras su victoria en Galicia, y que Zapatero se niega a dar por perdidas. En el contexto de esta remodelación se sitúan también, abrazadas a la cuesta arriba de la crisis, las empinadas encuestas que describen un horizonte de vuelco electoral en el que el PP adelanta al PSOE en la intención de voto, como reflejaba ayer el Publiscopio de Público.
El relevo de Solbes
La prioridad es la economía. La crisis ha acelerado los cambios. Para visualizar un nuevo impulso en la lucha contra la mala coyuntura económica, Zapatero habría decidido promocionar a la titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado, en sustitución de Solbes, amortizado al frente del timón económico del Ejecutivo.
En esta decisión han pesado las críticas que ha generado, desde el Gobierno y el PSOE la apariencia de conformismo del titular de Economía. Esta actitud de relajada resignación fue condenada por el secretario general de UGT el pasado sábado, tras ser reelegido al frente del sindicato. "El vicepresidente asiente y asume, pero no dice nada más", reprochó Cándido Méndez. Para contrarrestar esta imagen de pesimismo de un Solbes que no ocultaba su cansancio, Zapatero elevará a la vicepresidencia económica a una ministra de fuerte perfil político y experiencia en la gestión.
Salgado ha sabido engrasar magníficas relaciones con el entorno más próximo a Zapatero a través de dos de sus hombres de confianza, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco, dos de sus principales valedores ante el jefe del Ejecutivo. Cuenta, además, con la confianza del propio Solbes, que inicia un viaje privado a la India el próximo jueves, lo que abona la idea de que la crisis de Gobierno podría estar resuelta el miércoles, día en el que está previsto que se celebre esta semana la reunión del Consejo de Ministro.
La inclusión de Salgado en el segundo escalón del Ejecutivo, junto a otra vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, sitúa por primera vez a dos mujeres en esta responsabilidad, detalle que no pasa inadvertido para un presidente que en 2008 quiso rodearse de más mujeres que hombres en el Consejo de Ministros.
Chaves regresa al Gobierno
La remodelación recupera para el Gobierno, además, a Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, que ocuparía una tercera vicepresidencia de nueva creación.
Chaves se situaría al frente de un nuevo superministerio que asumiría las competencias de Administraciones Públicas que abandona Salgado, la coordinación de la política territorial, y la supervisión de toda la actuación del Gobierno en materia de política sociales.
Chaves es cualquier cosa menos un recién llegado. Fue ministro de Trabajo a las órdenes de Felipe González y ha revalidado la presidencia de la Junta en seis ocasiones desde que ganó las primeras elecciones andaluzas en 1990. Es también presidente del PSOE, y uno de los intocables de su partido, donde ha ejercido en varias ocasiones el papel de casco azul, como árbitro en batallas internas, desde una autoridad que nadie cuestiona en las filas socialistas. Zapatero confía en que esa cualidad le avale para responder a encargos específicos, ajenos a su área de nuevas competencias, en las que la experiencia en el ejercicio del diálogo sean una herramienta clave. Las dificultades del Gobierno para legislar sin el apoyo de los partidos nacionalistas mayoritarios podrían estar en el horizonte de esta elección.
Blanco, el peso del partido
El tercer cambio decisivo en la remodelación sentará al número dos del PSOE, José Blanco, en el Consejo de Ministros al frente de Fomento en sustitución de Magdalena Álvarez.
Con Blanco se refuerza la influencia del Partido Socialista en las decisiones del Gobierno en el umbral de las europeas y con el horizonte de las municipales y autonómicas de 2011. Blanco es, quizá el dirigente socialista más próximo al presidente, con quien le une una relación personal que trasciende a la política. Su poder va más allá de sus atribuciones orgánicas; ha puesto y quitado ministros sin necesidad de estar en el Gobierno. Zapatero ha premiado su lealtad con una cartera a la que las fuertes inversiones públicas que maneja confieren un especial contenido político.
Los primeros detalles sobre esta remodelación reventaron ayer el sigilo con el que Rodríguez Zapatero ha envuelto, hasta ahora, cada uno de cambios que ha realizado en su Ejecutivo. Al ser festivo el viernes, el Consejo de Ministros se reunirá el próximo miércoles. En su mesa podrían sentarse los nuevos ministros, siempre que el anulado efecto sorpresa no invite a Zapatero aplazar su decisión hasta pasadas las vacaciones de Semana Santa.
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