Este artículo se publicó hace 16 años.
La crisis fronteriza en Rafah eleva la tensión entre la ANP y Hamás
La crisis fronteriza en Rafah ha elevado tensión entre la Autoridad Nacional Palestina y Hamás, que no consiguieron sentarse hoy en la misma mesa y exhibieron sus diferencias en las negociaciones auspiciadas por Egipto para tratar sobre el control de ese paso.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, pronunció duras palabras al grupo islamista palestino al asegurar que "no habrá ningún diálogo con Hamás", por ser ésta una organización "ilegítima y golpista".
Pese a que en las horas previas algunas informaciones apuntaron a que Abás se iba a reunir en El Cairo con el líder de Hamás, Jaled Meshal, el presidente palestino quiso marcar territorio y renovó su distanciamiento del grupo que le arrebató el control sobre la franja de Gaza en junio del año pasado.
Los Hermanos Musulmanes egipcios, organización matriz de Hamás, llegaron incluso a anunciar en su página web ese encuentro, que nunca se produjo.
"Nos importa el bien del pueblo palestino. Si a ellos (Hamás) también les importa, que cumplan con los acuerdos firmados", agregó Abás, en referencia al pacto cuatripartito suscrito en 2005 entre la ANP, la Unión Europea, Israel y Egipto sobre la frontera entre este último país y Gaza.
En virtud de ese acuerdo, firmado tras la retirada israelí de Gaza, Israel aceptó el despliegue de observadores de la UE para supervisar los pasos fronterizos a través de cámaras.
Sin embargo, Hamás parece decidido a no dar su brazo a torcer y hoy se reafirmó en su intención de reservarse protagonismo en la crisis de Rafah.
"Los pasos fronterizos son la puerta natural que une Gaza con el mundo árabe e islámico, así como con el resto del mundo. Insistimos en desempeñar un papel central en su gestión" dijo Mahmud Zahar, dirigente del grupo y ex ministro de Exteriores de la ANP, tras entrar en Egipto por Rafah.
"Somos todavía la autoridad legítima que representa al pueblo palestino", añadió Zahar, que tiene previsto reunirse en el Cairo junto a Meshal con las autoridades egipcias.
Mientras los líderes palestinos se enzarzaban en El Cairo en su enésima batalla dialéctica, Egipto aumentaba su presión sobre los palestinos que todavía quedan en su territorio, en su gran mayoría en Rafah.
La Policía egipcia despejó de vehículos una de las calles principales de Rafah, en una nueva maniobra destinada a impedir el comercio en esta localidad y a obligar a los palestinos a regresar a Gaza.
Además, agentes de la policía secreta registraron los hoteles de las ciudades cercanas a Rafah para comprobar que en ellos ya no quedan palestinos.
La presión de las fuerzas de seguridad se pudo comprobar también en el descenso en el número de vehículos que hoy cruzaron a través del paso, así como en el de personas que lo atravesaron a pie.
Al tiempo que los cortes de suministro y los controles policiales asfixian económicamente a Rafah, las poblaciones cercanas a la frontera entre Gaza y Egipto recuperaron hoy su pulso habitual.
"Ya vuelve a haber gasolina a su precio normal, pero todavía hay que tener paciencia. Ayer por la noche, esperé dos horas y media para llenar el depósito", dice el taxista Abdelhamid señalando una larga cola de vehículos junto a una gasolinera en Al Arish, a 45 kilómetros de la frontera.
Mustafa, dependiente de un local en la principal calle comercial de Al Arish, mostró su alivio por haber podido reabrir hoy su comercio.
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