El director de cine canadiense Atom Egoyan filma la desestabilización de una pareja consolidada en "Chloe", una febril mezcla de drama de personajes y thriller protagonizada por Julianne Moore y Liam Neeson que inauguró hoy la competición de la 57 edición del Festival de Cine de San Sebastián.

"Es una película sobre el matrimonio, sobre la manera que tenemos de reinventarnos una y otra vez para seguir manteniéndolo vivo", aseguró Egoyan, quien teje una alambicada trama empapada de mentiras y deseo para devolver el fuego perdido a la pareja..

"Chloe" retrata las consecuencias del complejo que le entra a una mujer, interpretada por Julianne Moore, cuando deja de sentirse atractiva para su marido, al que da vida Liam Neeson, y que pasa el día rodeado de jóvenes alumnas.

"En nuestra cultura, la imagen es cada vez más importante. Y entre esas imágenes siempre está la de lo que podríamos haber sido, lo que se traduce inevitablemente en una insatisfacción. Esto repercute especialmente en la familia y la pareja", explicó el realizador en la rueda de prensa en la ciudad vasca.

Por ello, la protagonista de esta película rodada en Toronti, convencida de que su matrimonio está condenado a la infidelidad, contratará a una prostituta, "Chloe", para seducir a su marido y, al menos, poder controlar todo el proceso.

Egoyan, nominado al Óscar por "El dulce porvenir" y artífice de títulos de culto como "Exótica", reincide en su exploración de los sinuosos caminos del deseo y vuelve a reflexionar sobre la necesidad de acceder al objeto deseado, aunque esta vez sea a través de otra persona.

Y es que la prostituta, encarnada por la actriz Amanda Seyfried en un cambio radical de registro respecto a su éxito "Mamma Mia!", se convierte en el único vínculo de la esposa para "recrear esas mismas escenas eróticas de las que ella ya no disfruta". Un complicado enroque que Egoyan resuelve con irregularidad.

"Está claro que el sexo no es una simple manipulación del clítoris. Es un momento secreto y personal en el que dos personas se comunican", aseguró.

Por ello, "Chloe" demuestra, una vez más, que los caminos de la excitación son inescrutables y va pasando de un retrato clásico de la infidelidad a un análisis mucho más profundo de la inseguridad personal de una mujer de mediana edad, de sus enrevesados fantasmas y de su difícil realidad.

Pero Egoyan, por cuyas venas corre sangre armenia que ha alumbrado una exquisita sensibilidad cinematográfica, deja que sus personajes, inicialmente muy consistentes, se vayan corrompiendo poco a poco por un argumento demasiado cercano al folletín.

"Chloe", en consecuencia, abre con tibieza la competición y se convierte en un título que pasará a la historia por otros motivos, ya que quedó marcado por la tragedia el pasado 18 de marzo, cuando la repentina muerte de Natasha Richardson, esposa de Neeson, paró en seco el rodaje.

"Nos afectó a todos profundamente y eso afectó también a la película. Estábamos conmocionados. Él volvió poco después del funeral y fue increíblemente emocional que siguiera rodando, teniendo en cuenta el papel y las escenas que tenía que hacer. Nunca podré agradecérselo debidamente", reconoció Egoyan.

El director, que se reconoció en San Sebastián fanático del cine de Luis Buñuel, confesó también que en "Chloe" han jugado papel inspirador Pasolini y la premisa argumental de la cinta "Nathalie X", de Anne Fontaine, una película de la que no considera haya hecho una nueva versión, sino "una reinvención".

El Festival de Cine de San Sebastián buscará también reinventarse en los próximos ocho días y superar el mal tiempo de una jornada lluviosa pero con el brillo de una estrella internacional como Brad Pitt, que desvía la atención del día hacia la proyección en Zabaltegi Perlas de "Malditos Bastardos".

En la competición por la Concha de Oro, no obstante, no habrá tantas celebridades como autores y entre ellos destacan tres directores franceses de renombre -François Ozon, Bruno Dumont y Christophe Honoré- así como la representación del nuevo cine español: Isaki Lacuesta, Javier Rebollo y el tándem que forman Antonio Naharro y Álvaro Pastor.

Mateo Sancho Cardiel