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Los cuatro candidatos descartan problemas de cohabitación con Laporta

EFE

Los aspirantes a la presidencia del Barça han dado por hecho que las dos semanas entre el día siguiente de la votación hasta el 1 de julio, jornada de toma de posesión del nuevo presidente, la cohabitación con el mandatario saliente, Joan Laporta, será excelente y carente de problemas.

Así lo han indicado los cuatro candidatos que aspiran a la presidencia del Barcelona, Jaume Ferrer, Marc Ingla, Sandro Rosell y Agustí Benedito, que han participado esta noche en el primer debate televisivo de la campaña electoral, que se ha celebrado en TVE, para el circuito catalán, aunque el lunes el canal 3/24, de Televisió de Catalunya, ya transmitió el primer debate electoral aunque producido por la emisora Catalunya Ràdio.

En esta ocasión, los candidatos se han sometido a la fórmula del espacio '59 Segundos', en el que han podido dibujar muy tangencialmente los aspectos más relevantes de sus programas electoral y han podido debatir muy poco entre ellos.

De hecho, se ha tratado de un encuentro mucho menos tenso que el que se vivió el lunes en Catalunya Ràdio, en el que el choque verbal entre los aspirantes elevó el tono del encuentro. En TVE, el formato del debate ha impedido el cuerpo a cuerpo como así ocurrió en la emisora de radio.

En esta ocasión, Rosell dejó de ser el centro de las dianas de sus rivales, y los reproches se repartieron entre todos, hasta el punto de que el propio Rosell, máximo favorito para alcanzar la presidencia en las elecciones del 13 de junio, subrayó insistentemente que sus tres rivales estaban en el club cuando el Barcelona adoptó algunas medidas de dudosa calidad.

Marc Ingla, el candidato que recogió el segundo mayor número de firmas, no cesó en su empeño en atacar a Rosell, aunque lo hizo con menos virulencia que el lunes. No obstante, recriminó a Rosell que hable de austeridad "cuando está haciendo ostentación de recursos en la campaña".

Precisamente Ingla, proclamó que además de aplicar austeridad en la gestión, el Barcelona "ha de ser ambicioso en el incremento de los ingresos".

Por su parte, Benedito tachó a sus rivales de "ser lo mismo" y se presentó en público como la única opción renovadora, además de ser el que más detalle ofreció cuando habló de la parcela deportiva, al volver a recordar que las etapas en el club de Txiki Begiristain y de José Ramón Alexanko, secretario técnico y responsable del fútbol base, respectivamente, concluirá si él sale elegido presidente.

En este sentido, Sandro Rosell dio por hecho que Txiki dejará el club, y que por tanto ya tiene "un plan B" para esta ocupación, aunque no dio ningún nombre. Rosell fue muy duro contra los actuales gestores del Barça a los que acusó de ser incapaces de haber acabado la construcción de la nueva masía y dijo que algunos jóvenes vivían "en barracones".

Jaume Ferrer le corrigió al garantizar que ningún joven jugador del Barcelona está hospedado en un barracón y que no existe ninguna carencia en el club, y que éste ofrece lo mejor a la base del fútbol barcelonista.

Uno de los asuntos que más polémica creó fue nuevamente la figura de Johan Cruyff y su proclamación como presidente de honor. Rosell y Benedito aceptaron que sean los socios los que den validez a este nombramiento, mientras que Ingla y Ferrer se opusieron a realizar cualquier tipo de revisionismo en esta materia por tratarse de un icono del Barça.

Rosell llegó a decir que parece que el club "esté secuestrado por alguien", mientras que Bendito se limitó a decir que para salir de dudas "consultaremos a los socios si aceptan a Cruyff en este cargo".

Finalmente, de la situación económica, Ingla tildó de "alarmista" a Rosell cuando se habló de la deuda del club, a la vez que Ferrer se refería a una deuda neta y la cifraba en 270 millones, mientras que Rosell hablaba de 489 millones de euros.

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