Este artículo se publicó hace 16 años.
Cuatro pasos para un valiente Chiquilicuatre
La alegre zarabanda de políticos y periodistas de la derecha, que cada amanecer le propina una paliza al pobre Mariano, afirma que no es posible presentar un candidato alternativo porque el aparato del PP ha secuestrado ya todos los avales de los compromisarios.
Es mentira. Si Aguirre, Costa, Arístegui o el mismísimo Chiquilicuatre tienen ganas de pelea, sólo necesitan seguir cuatro sencillos pasos:
Uno: la declaración. Convoca una rueda de prensa para anunciar sus intenciones urbi et orbe.
Dos: la campaña. Comienza a recoger avales. Al mismo tiempo, advierte de que, en caso de no conseguir el número suficiente, pedirá al pobre Mariano que le preste los que le falten. Si accede, el hombre demostrará su fe en la democracia interna; y si se niega, merecerá la definición de tirano búlgaro.
Tres: el desafío. En caso de que el pobre Mariano preste los avales, votan felices los compromisarios. Y, si no, pide nuestro Chiquilicuatre la papeleta en blanco. Con esa jugada maestra, quedan desactivados los avales y, de facto, hay dos candidaturas: la del pobre Mariano y la del voto en blanco.
Cuatro: el recuento. El candidato alternativo proclama que todo el voto en blanco es suyo y que pasa a convertirse en desleal jefe de la oposición al jefe de la oposición.
Así que, anónimo Chiquilicuatre, no seas cobarde y da un paso al frente.
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