Este artículo se publicó hace 15 años.
Cuba despide al histórico comandante Juan Almeida
El presidente cubano, Raúl Castro, sepultó el martes al héroe revolucionario Juan Almeida en las montañas de la Sierra Maestra del oriente de Cuba, donde ambos combatieron hace medio siglo.
Almeida, el número tres entre los históricos de la revolución después de los hermanos Fidel y Raúl Castro, murió el viernes a los 82 años víctima de una parada cardiorrespiratoria.
La desaparición de Almeida, uno de los vicepresidentes de Cuba, deja un importante vacío en la vieja guardia revolucionaria que sigue gobernando la isla.
"Hombres de la estatura revolucionaria de Juan Almeida vivirán para siempre en el recuerdo de su pueblo", dijo la televisión estatal.
La prensa dijo que los restos de Almeida fueron sepultados en una "ceremonia íntima" en un mausoleo erigido en las entrañas de la Sierra Maestra, donde comandó hace medio siglo el III Frente de la guerrilla de Fidel Castro.
Medios locales dijeron que Raúl Castro estuvo acompañado por los otros dos comandantes históricos Ramiro Valdés, de 77 años, y Guillermo García, de 80.
El ataúd de Almeida envuelto en una bandera de Cuba desfiló antes por las calles de la cercana ciudad de Santiago de Cuba, la cuna de la revolución en el extremo oriental de la isla.
Miles de personas alineadas a ambos lados de las avenidas saludaron el paso del cortejo fúnebre.
El informativo nocturno de la televisión estatal mostró breves imágenes del funeral, en el que seis soldados condujeron en una marcha solemne el ataúd hasta la bóveda.
Unas 21 salvas fueron disparadas por una batería de cañones en honor al comandante fallecido, según medios locales.
Familiares y amigos de Almeida colocaron rosas blancas sobre su tumba.
El líder Fidel Castro, de 83 años y alejado del poder y la vida pública desde que cayó enfermo hace tres, expresó el fin de semana tristeza por la muerte de Almeida, uno de sus principales lugartenientes. También hizo llegar al funeral un arreglo floral en su nombre, dijeron medios locales.
Almeida era un hombre popular entre los cubanos. Muchos de los que le rindieron homenaje este fin de semana dijeron que su vida ilustraba los logros de la revolución de 1959.
Negro y de origen humilde, Almeida era un albañil que acompañó a Fidel Castro en todas sus batallas.
El cortejo fúnebre se detuvo el martes unos minutos delante del cuartel Moncada de Santiago de Cuba que Almeida, Raúl Castro y decenas de otros jóvenes rebeldes comandados por Fidel Castro intentaron asaltar en 1953 en su desastroso bautismo de fuego.
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