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Cuba libera a un preso político enfermo y acerca a otros seis

Reuters

Cuba liberó el sábado a un preso político en malas condiciones de salud y otros seis están siendo transferidos a cárceles más cercanas a sus familiares, en otro fruto del inusual diálogo entre el Gobierno de Raúl Castro y la Iglesia Católica.

Un comunicado emitido por el Arzobispado de La Habana el viernes por la noche informó de los traslados y sobre la liberación condicional del reo político Ariel Sigler Amaya, que había permanecido internado en una clínica en la capital cubana.

Las medidas se produjeron de cara a una visita a Cuba la semana próxima del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti.

Este es el segundo traslado en el mes, que eleva a 12 el número de presos políticos transferidos por el Gobierno a cárceles cercanas a sus lugares de residencia, una vieja demanda de los familiares que se quejaban de tener que trasladarse a regiones remotas para visitarlos.

"La noticia me sorprendió (...) Yo siempre decía que mi esposo sería unos de los últimos en ser trasladados", dijo por teléfono a Reuters Laura Pollán, del grupo Damas de Blanco y esposa del disidente Héctor Maceda.

Maceda, de 67 años y condenado a 20 en 2003, sería trasladado hacia La Habana desde la provincia de Matanzas.

Pollán, que lidera desde hace siete años las marchas del grupo de madres y esposas que caminan con galdiolos en las manos para pedir la liberación de sus parientes, aplaudió la mediación de las autoridades católicas.

"La Iglesia está jugando un buen papel como mediadora, tenemos mucho que agradecerle", dijo.

En abril las autoridades católicas intervinieron ante el Gobierno para que frenara el acoso por parte de sus partidarios contra las mujeres, que en marzo fueron ofendidas en plena calle e impedidas de marchar.

Pollán dijo que percibe la medida como pequeños pasos de "buena voluntad" por parte de las autoridades de la isla, aunque esperan otras excarcelaciones.

"Son pequeños pasos (del Gobierno). Los familiares nos alegramos de los traslados pero en definitiva siguen presos", dijo Pollán.

La Iglesia sostiene que el diálogo con el Gobierno es "un proceso abierto, de perspectivas amplias", pero sin que se hayan fijado plazos para más acciones.

FUERTE PRESIÓN EXTERNA

Los 12 reos transferidos a prisiones cercanas a las viviendas de sus familias forman parte del grupo de los 75 opositores arrestados en 2003.

Según fuentes de la disidencia, antes de los traslados unos 17 reos estaban encarcelados en ciudades distantes de sus domicilios.

Pollán dijo que ahora faltarían unos tres por transferir, dado que uno pidió permanecer en el mismo sitio por razones familiares.

El Gobierno de la isla cataloga a sus opositores como mercenarios al servicio de su enemigo Estados Unidos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español acogió la decisión de las autoridades cubanas y consideró que "se ha abierto un proceso positivo y esperanzador" en Cuba, según un comunicado emitido el sábado.

Las nuevas medidas del Gobierno y el diálogo con la Iglesia se produjeron poco después de que Estados Unidos y algunos países europeos arremetieran contra Cuba, tras la muerte del disidente Orlando Zapata por una huelga de hambre para pedir mejores condiciones de detención.

La presión internacional se agudizó con la huelga de hambre de más de 100 días que sostiene el opositor Guillermo Fariñas, quien recibe alimentación intravenosa en un hospital del centro de la isla. Fariñas está pidiendo la liberación de unos 26 presos enfermos.

El disidente ha dicho que sólo depondría su huelga de hambre cuando sean liberados entre 10 y 12 de los reos más enfermos.

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