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Los cubanos reaccionan con cautela y tranquilidad ante el retiro de Fidel Castro

EFE

Los cubanos reaccionaron hoy con cautela y tranquilidad, hasta ahora, ante el anuncio de que el líder de la revolución de 1959, Fidel Castro, se apartará del poder que ha monopolizado por casi medio siglo.

La noticia se divulgó en los medios informativos de la isla, todos oficialistas, en un artículo del columnista en que se ha convertido Castro a raíz de su convalecencia de 19 meses y su incapacidad de aparecer en publico.

En el Malecón habanero se percibe absoluta normalidad: grupos de jóvenes que conversan y disfrutan la fresca brisa invernal, parejas que se besan, turistas de paseo, olas que estallan en blanca espuma contra el muro de piedra.

Como los medios oficiales generalmente no publican noticias de interés, muchos habaneros pasan de ellos y este martes tardaron en conocer la noticia.

"Ni idea. Hasta ahora me entero", comentó Jorge, jardinero que hacía un descanso a media mañana, cuando ya decenas de gobiernos de todos los continentes habían divulgado reacciones oficiales, muchas pretendiendo indicar qué deben hacer ahora los cubanos.

"¿Que ha dicho qué?", preguntó Armando, aparcacoches del barrio El Vedado, al consultarle Efe por el anuncio que desde la madrugada cubana daba la vuelta al mundo.

Armando, de 69 años, ignoraba que Castro, de 81, anunció que no dejaría que lo designen de nuevo presidente del Consejo de Estado, máximo cargo ejecutivo de la isla, cuando se reúna el Parlamento el próximo domingo.

"Les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe", reza el mensaje que publican los medios sin hacer ningún comentario ni agregar una coma.

El documento de Castro, que delegó sus cargos provisionalmente en julio de 2006 en su hermano Raúl, de 76 años, afirma que "las nuevas generaciones cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo".

Diplomáticos y analistas consultados por Efe coinciden en que Castro sigue contando con popularidad, a pesar del calvario cotidiano de los cubanos para conseguir alimentos, transporte, vivienda y otros productos y servicios.

El anuncio se produjo cinco días antes de que el Parlamento, en la instalación de un nuevo periodo quinquenal, nombre un nuevo Consejo de Estado, del que Castro es presidente ahora.

Convaleciente de una enfermedad intestinal, el octogenario líder añade que su "deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento", pero que su "estado crítico de salud" le aparta del poder.

La oposición interna cubana acogió el anuncio como una posibilidad de que se abran las puertas a cambios en la isla.

Discrepan sobre si Castro seguirá manejando Cuba "entre bambalinas", pero la mayoría dijo a Efe que su renuncia reforzará el liderazgo de Raúl Castro, para concretar las reformas económicas que anuncia pero no ejecuta.

Oscar Espinosa Chepe, preso excarcelado del "Grupo de los 75", afirmó que el mensaje supone "la consolidación de Raúl Castro", y agrega que ahora "hay más posibilidades de que se inicie algún proceso de cambios, sobre todo en lo económico".

"Es un golpe fuerte para los elementos más inmovilistas del Gobierno", agregó.

Manuel Cuesta Morúa, del socialdemócrata "Arco Progresista", aseguró que la decisión del líder cubano es un "alivio histórico para todos los cubanos".

Por su parte, Miriam Leiva, co-fundadora de las "Damas de Blanco", sostiene que "comienza una nueva etapa que ojalá lleve hacia los cambios y hacia la democracia".

El líder del grupo moderado "Cambio Cubano", Eloy Gutiérrez Menoyo, consideró que Castro adoptó la mejor de las opciones que tenía: "la de renunciar", pues "abre una perspectiva de cambio si no está tras las bambalinas".

En el otro lado de la balanza está Martha Beatriz Roque, de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, que coincidió en la metáfora de las bambalinas para asegurar que Castro "va a seguir detrás" de las decisiones.

Roque recordó que la Constitución cubana establece "que la dirección máxima está en el Partido" Comunista, del que Castro sigue siendo primer secretario.

No hay llanto ni crujir de dientes, ni vestiduras rasgadas ni lágrimas en los canales audiovisuales, y tampoco en la calle.

Aunque no suele escuchar noticieros y solo se interesa por el estado del tiempo, Alicia, de 44 años, arrendadora particular, escuchó hoy en la radio el anuncio de Castro, una decisión que, en su opinión, se ha tomado "en el momento exacto".

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