Este artículo se publicó hace 13 años.
El cuestionado Gobierno de Madeira vuelve a ganar con mayoría absoluta
El Gobierno de Madeira, en el poder desde hace 33 años, volvió a ganar hoy con mayoría absoluta, las elecciones regionales del archipiélago, celebradas en medio de una gran polémica nacional por sus deudas ocultas.
Con el escrutinio provisional concluido, el Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) que encabeza Alberto Joao Jardim, presidente de Madeira desde 1978, consigue el 48,5 por ciento de los votos y 25 de los 47 diputados regionales, frente al 65,2% y 33 mandatos logrado en 2007.
El hasta ahora principal partido de la oposición en las islas, el Socialista (PS), que gobernó Portugal desde 2005 hasta las elecciones generales de junio pasado, cuando fue derrotado también por el PSD, bajó hoy cuatro puntos y logró el 11,5 por ciento de votos y seis diputados,
El Partido Popular (CDS-PP, democristiano) pasa a ser la segunda fuerza política de Madeira con el 17,6 por ciento de votos, más del triple de los anteriores comicios, y nueve diputados.
Los democristianos, que gobiernan en Lisboa en alianza con el PSD y le han garantizado la mayoría absoluta, se mostraron muy críticos con Jardim en la campaña electoral del archipiélago.
Las elecciones en Madeira transcurrieron este domingo con relativa tranquilidad, disimulados alegatos de la oposición para cambiar al Gobierno y una treintena de denuncias de irregularidades.
Según las autoridades electorales, no hubo incidentes de importancia en la votación, a la que estaban convocados 256.000 de los 10,5 millones de habitantes de Portugal, pero se usaron vehículos de entidades oficiales para llevar ciudadanos a las urnas y hubo funcionarios públicos que "acompañaron" a los votantes.
Los comicios del archipiélago, que para muchos portugueses es sobre todo un destino de vacaciones, han concitado un inusitado interés en el país después de que el Banco de Portugal y el Instituto Nacional de Estadística revelaran en septiembre que Madeira había ocultado deudas por más de mil millones de euros.
Este desvío financiero obligó a revisar el déficit portugués de 2010, desde el 9,1 al 9,8 %, y ha llevado al Gobierno central a anunciar nuevas medidas de austeridad para cumplir los compromisos del rescate de 78.000 millones de euros otorgado por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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