Este artículo se publicó hace 13 años.
Cultura pierde el pulso con Carmen Cervera
Las partes acuerdan ampliar un año la cesión de la colección y descartan los dos de alquiler que pedía el Ministerio
Si esto fuera un combate, el marcador diría hoy: Carmen Cervera uno, Ángeles González-Sinde cero. El Patronato del Museo Thyssen-Bornemisza acordó ayer prorrogar durante un año más el préstamo de la colección de Carmen Cervera, tal y como anunciaron ambas partes a la salida de la reunión. Fuentes cercanas al Ministerio de Cultura asumen la negociación como una derrota, porque la toma de la decisión definitiva queda para 2012, en un marco económico de mayor austeridad si cabe. La propia ministra de Cultura aclaraba hace unas semanas a este periódico en una entrevista que retrasar un año no era viable: "Si este año no le puedo ofrecer una cantidad importante [a Cervera], mucho menos el año que viene, que tengo mucho menos presupuesto. ¿Qué gano de esta manera? ¿Retrasar un año la negociación y volver a sentarme de nuevo dentro de un año? ¿Para llegar a qué, a un lo siento, no tengo dinero'?".
Las mismas fuentes han reconocido que las negociaciones han sido duras, porque ha habido declaraciones fuera de contexto por parte de Carmen Cervera, no ha querido una negociación rápida, no se ha llevado por unos "marcos estables" y porque han echado en falta seriedad. Sea como sea, no han conseguido los objetivos, tal y como aseguran, y Carmen Cervera sigue adelante con su propuesta original: "España está pasando por un momento económico muy malo y yo quiero regalar un año más a los españoles mi colección".
Fuentes cercanas al Ministerio asumen la negociación como una derrota
La propia ministra reconocía en la mañana de ayer su malestar en los pasillos del Museo Thyssen, dejando pequeñas pistas en sus declaraciones que subrayaron la incompatibilidad de los intereses del Estado con los de Cervera: "Para el Gobierno hubiera sido deseable una extensión de ese contrato por más tiempo. Nos hubiera parecido mejor para este museo permitir estrategias y planificación del trabajo a más largo plazo y no sólo por 12 meses. Pero en este caso, entendemos que los intereses de la baronesa impedían prolongarlo por más tiempo que ese año. Es un acuerdo de transición y habrá que volverse a reunir".
El museo necesitaba dos añosDespués de cinco ministros, nadie ha sido capaz de rebajar los intereses de Carmen Cervera, ni siquiera el actual equipo de abogados del Ministerio que fue contratado para lograr la propuesta: dos años de alquiler a precio de 1993. La misma directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Ángeles Albert, reconocía en una entrevista a este periódico que un año gratis no era bueno para el Museo: "Ampliar a dos años es lo razonable para la vida de un museo. Los museos contratan la seguridad, el mantenimiento, el personal de atención al público los contratos en estos momentos están hechos sin los tiempos de la cesión de la colección de Carmen Cervera".
Sinde: "Los intereses de la baronesa' no son los de los contribuyentes"
El encuentro de ambas no fue fácil y parece que a Carmen Cervera le molestaron las breves claves que desveló la ministra acerca de los intereses que han movido a la coleccionista: "Nosotros pedíamos más tiempo que 12 meses, pero lo que era aceptable para la baronesa no era aceptable para el Estado, ni para los intereses de los contribuyentes, que es a quienes debe defender el Ministerio de Cultura".
Fue la mención a los "contribuyentes" lo que tocó a Cervera, que reconocía ayer a este periódico: "Me ha molestado la alusión de la ministra a los contribuyentes. Mi colección ha dado a ganar muchos millones a España a través de hoteles, restaurantes, etc. Mis cuadros no cuestan nada al Estado y dan beneficios". Y en plena batalla de declaraciones, Cervera asegura que no sabe lo que quiere para este año: "No tengo visión de futuro, tengo tantas cosas que hacer".
Una cuestión de dineroCervera: "Mi colección ha dado a ganar muchos millones a España"
Sin embargo, las fuentes mencionadas aclararon a este periódico que la realidad de la negociación no es más que una "cuestión económica". Reconocen que han perdido, pero que al menos "no han admitido chantajes", sin aclarar a qué tipo de presiones hace alusión. De hecho, la ministra añadía en la citada entrevista con Público que lo que estaría dispuesto a pagar el Estado por el alquiler de dos años "no es una cuantía que cumple con su expectativa".
En el pasillo de las tensiones, hasta la ministra reconocía al hilo de las preguntas de los periodistas sus dudas para encontrar en lo que queda de año una receta que concilie ambas partes: "Bueno, hemos encontrado esta fórmula que nos da más tiempo para quizá encontrar otra fórmula en el futuro".
Pero el principal problema de aceptar que la negociación se prorrogue un año más es el escenario político en el que coloca al acuerdo: "Lo que más me preocupa no es tanto el escenario preelectoral, porque los museos tienen vida más allá de las elecciones y la cultura se mantiene", aseguraba ayer la ministra Ángeles González-Sinde para salir del paso. Un mes antes ella misma hacía esta reflexión en este periódico: "Dentro de un año vamos a estar a las puertas de las elecciones generales y no me parece que un Gobierno responsable tenga que tomar decisiones, ni sea éticamente razonable, tomar decisiones muy importantes en febrero de 2012, cuando en marzo hay elecciones". Hasta entonces, el Ministerio tiene el combate en su contra.
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