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La Cumbre Iberoamericana, escaparate de tensiones políticas

Reuters

Entre acusaciones de espionaje, profundas crisis institucionales y amenazas de guerra, líderes de América Latina se verán las caras esta semana en una Cumbre Iberoamericana en Portugal, en la que al menos podrán mostrar la solidez de sus economías.

La cumbre promete ser una caja de resonancia para las elecciones que se celebran el domingo en Honduras, un país bajo el mando de un Gobierno de facto que apuesta por que el aval de Estados Unidos al proceso electoral contrarreste el rechazo de casi todos los gobiernos de América Latina.

La reunión, que se celebrará en Estoril el lunes y martes para analizar la realidad de "Innovación y Conocimiento" de los 22 países latinoamericanos y europeos que la integran, se produce también en un momento de alta tensión política entre Colombia y Venezuela.

Ambos países atraviesan una tormenta diplomática después de que Venezuela, que rechaza junto a otros países un acuerdo que permite a Estados Unidos usar bases militares en Colombia, destruyera dos puentes fronterizos por considerarlos ilegales.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dio semanas atrás la orden a sus fuerzas armadas de "prepararse para la guerra", lo que puso al rojo vivo las relaciones bilaterales.

"Es un hecho fuera de lo común para América Latina e indudablemente traerá problemas", dijo el analista político Ricardo Rouvier desde Buenos Aires.

Sin embargo, cree que las economías de la región no se verán afectadas y seguirán caminando por otro carril, al ritmo de la recuperación de los países centrales y la fuerte demanda de China por materias primas.

El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo esta semana que espera que "si asisten los presidentes (de Venezuela y Colombia) eso abre paso a diálogos (...) que normalmente pueden ser elementos que contribuyan al entendimiento final".

Más al sur, Chile y Perú vuelven a atravesar roces diplomáticos después de que Lima acusara a Santiago de espionaje, lo que dejó las relaciones entre los dos vecinos en su peor nivel en los últimos años.

La acusación vino de la mano de duras declaraciones del presidente peruano, Alan García, que dijo que Chile "envidia" el crecimiento peruano y que es por eso que los espía.

Chile, que inicialmente había negado cualquier posibilidad de un acto de espionaje, respondió el martes que analizará los antecedentes del caso entregados por Perú.

García y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, han confirmado su asistencia a la cumbre, así como el ecuatoriano Rafael Correa, el mexicano Felipe Calderón, la argentina Cristina Fernández y el colombiano Álvaro Uribe.

Pese a las turbulencias políticas, América Latina podría aprovechar la cumbre para mostrar al mundo que sus economías han resistido bien los embates de la crisis global, que ha hecho saltar el desempleo, quebrado gigantes bancarios y hundido en la recesión a países industrializados.

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