Este artículo se publicó hace 15 años.
Cumple su cuarto año como sustituta de un cura tras un rifirrafe por una cruz en un pueblo de León
Una mujer cumplirá en abril su cuarto año como suplente del cura de Moscas del Páramo (León), después de que éste se fuera del pueblo tras ser acusado por los vecinos de dar el cambiazo a una cruz de la iglesia y de que el Obispado se negara a enviar a un sustituto en tanto no se disculpen los aquellos.
Desde entonces, esta localidad, del municipio leonés de Roperuelos del Páramo, con poco más de cien habitantes, lleva sin sacerdote y es esta mujer la que trata de hacer como puede las veces de cura, según ha dicho ella misma a EFE.
Durante todo este tiempo, es Dora Antón la que tan pronto reza un rosario que haga las veces de "misa" dominical; como preside en el cementerio los oficios del Día de Todos los Santos; o acude a rezar por aniversarios de funerales, por mandato de sus feligreses; e incluso va a bendecir los campos el Día de Pasquilla, la fiesta del pueblo.
En todas estas celebraciones, Dora Antón siempre hace lo mismo, rezar el rosario.
Fue el 22 de abril de 2005, cuando el párroco de la localidad decidió no regresar al pueblo, justo el día de la procesión de "La Pasquilla", después de que los vecinos le acusaran de dar el cambiazo a la cruz de la iglesia, una de hojalata por una de plata.
El asunto llegó a los tribunales y los jueces sobreseyeron el caso, "porque no lo dieron importancia", según ha explicado a EFE Camilo Lorenzo, el obispo de Astorga, la diócesis a la que pertenece este pueblo.
Desde entonces, han pasado casi cuatro años, y el asunto del cura está "en suspenso" en "espera" a que "de alguna manera los vecinos manifiesten que la cruz es la misma de siempre y que se han equivocado", ha afirmado el obispo.
Y es que a Camilo Lorenzo no le "importa las razones que den" los vecinos para disculparse, pero lo que no puede "aceptar es que se crean que el cura les ha robado la cruz", ha argumentado.
Los "vecinos están emplazados para ello, pero no han dado señales de vida", ha desvelado el obispo, que ha admitido que desde entonces el Obispado no ha enviado un sacerdote al pueblo.
Así, mientras el asunto de la cruz se arregla, Dora Antón lleva casi cuatro años presidiendo los actos religiosos del pueblo todos los domingos y fiestas de guardar.
"Siempre rezo el rosario, porque no sé más; tampoco quiero aprender para ver si mandan a un sacerdote".
Desde aquel abril, aquí "a lo único que vienen los sacerdotes es a los entierros, pero después ya no vuelven", ha explicado Antón, que, a modo de ejemplo, ha recordado que "el año pasado vinieron una docena de veces o trece a un entierro y luego no han vuelto; ni a cabo de años, ni nada".
El rifirrafe entre los vecinos y el párroco que había entonces surgió a raíz de que los primeros presentaran una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, en la que ponían de manifiesto que se había cambiado la cruz de la iglesia.
Desde entonces el cura se marchó y "ahora ya está jubilado", ha explicado el obispo, permanece a la espera de "tales disculpas".
En cualquier caso, la gente sigue acudiendo a misa, van alrededor de cuarenta personas, "la mayoría mujeres, a excepción de dos o tres hombres".
"Tampoco es que fueran antes muchos más antes", ha explicado Antón, que ha dicho que "igual" hasta van más desde que ella da el rosario.
Sí ha reconocido que uno de los que no van es su propio marido, quien sí iba antes a misa.
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