Este artículo se publicó hace 16 años.
Se cumple una semana sin rastro sobre el paradero de la joven Amy Fitzpatrick
Una semana después de la desaparición de la joven irlandesa de 15 años Amy Fitzpatrick cuando se dirigía a su casa en Mijas-Costa, no hay noticias sobre su paradero ni se han hallado vestigios que hayan aportado alguna pista que pueda permitir su localización.
A medida que pasan los días, los familiares de la adolescente se muestran más preocupados, ya que en el tiempo transcurrido ni siquiera han recibido una llamada telefónica de la joven para indicarles que se encuentra bien, algo que sí ha ocurrido cuando ésta se ha ausentado en otras ocasiones, según han informado a Efe fuentes cercanas al caso.
Los investigadores coinciden en que el hecho de que la menor no se llevara su teléfono móvil ni portara dinero apunta a que no tenía previsto abandonar voluntariamente la zona.
El hallazgo de la menor es una "prioridad absoluta" en Andalucía de la Guardia Civil, que no descarta ninguna hipótesis, según ha manifestado hoy a Efe el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, quien ha admitido que "lógicamente, cada vez que pasa un día, aumenta la preocupación".
Preguntado sobre la coincidencia de otras desapariciones de chicas jóvenes en Málaga -Rocío Wanninkhof en 1999 o Sonia Carabantes en 2003-, el subdelegado ha afirmado que estas situaciones también "desgraciadamente se producen en otras zonas de España" y ha agregado que la Costa del Sol "no es peligrosa".
Los rastreos que ha llevado a cabo la Guardia Civil, que inicialmente se centraron en las inmediaciones de la urbanización en la que la joven fue vista por última vez, se han ampliado a la sierra de Mijas.
Para mañana se ha organizado una batida con la participación de unos doscientos agentes de la Guardia Civil y la Policía Local, efectivos de Protección Civil y 112, además de voluntarios, que partirá a las 9:00 horas del campo de fútbol de La Cala y abarcará desde la urbanización Calypso hasta el complejo Las Lomas en Riviera Club, en un radio de seis kilómetros.
Amy pasó la Nochevieja en casa de su amiga Ashley Rubio, situada en la urbanización Calypso de Mijas-Costa, donde ambas estuvieron cuidando del hermano pequeño de ésta última.
La mañana del día 1 fueron a la vecina localidad de Fuengirola y tras almorzar en casa de Ashley, visitaron el zoco de Calahonda y regresaron a la vivienda, según explicó ayer la amiga de Amy.
Según esta versión, que fue corroborada por la madre de Ashley, Amy Fitzpatrick se marchó sobre las 22:00 horas para dirigirse a su casa, ubicada en la urbanización Riviera del Sol.
Supuestamente tomó un atajo a través de la vegetación donde hay una zona en construcción que carece de iluminación nocturna, que la joven escogía porque "es más rápido", según su amiga.
Ésta no cree que Amy pensara marcharse de casa porque no llevaba dinero ni teléfono móvil, ni le había comentado nada en este sentido, y apuntó que sí le había dicho que en varias ocasiones que había cruzado este camino, alguien le había invitado a subirse a un coche.
Amy Fitzpatrick es morena, delgada, con ojos azules, mide 1,65 metros y en el momento de su desaparición vestía un chándal con una camiseta "Diesel" negra.
Su madre, Audrey Fitzpatrick y su padrastro, Dave McMahon, denunciaron la desaparición de la menor el pasado día 3, y dos días después hicieron un llamamiento a la comunidad británica y española residente en la Costa del Sol para que aporte cualquier información que considere relevante para localizar a la joven, ante el temor a que alguien la retenga contra su voluntad.
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