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El Dalai Lama pide la autonomía del Tíbet y lamenta el pasado

Reuters

El Dalai Lama conmemoró el martes los 50 años en el exilio pidiendo una "autonomía significativa" para su tierra natal tibetana, donde las autoridades chinas reforzaron la seguridad para silenciar las protestas contra su control.

Hablando ante unos 10.000 tibetanos de todo el mundo, el líder de 73 años arremetió contra China por traer "sufrimientos y destrucción inexpresables" al Tíbet y convertir la región en ocasiones en un "infierno en la tierra".

"Desde tiempos inmemoriales, los pueblos tibetano y chino han sido vecinos", dijo el Dalai Lama desde el jardín del principal templo budista en Dharamsala, la ciudad del norte de India donde tiene su sede el gobierno tibetano en el exilio.

"Nosotros los tibetanos buscamos una autonomía legítima y significativa".

Tíbet, y zonas étnicas tibetanas en provincias vecinas de China, se encuentran bajo estrictas medidas de seguridad que pretenden evitar las protestas contra el Gobierno chino.

El Dalai Lama mostró su tristeza por lo que calificó de sufrimiento y destrucción provocado por las políticas y campañas de los comunistas chinos. "Esto llevó a los tibetanos a unos niveles de sufrimiento y desdicha tan profundos que literalmente padecían el infierno en la tierra", declaró, mientras la multitud escuchaba con absorta atención.

Muchos lloraban con las manos unidas mientras decía: "Incluso hoy en día, los tibetanos en el Tíbet viven constantemente atemorizado".

El himno tibetano sonó y se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la represión china del año pasado en Tíbet.

Unos 20 jóvenes, vestidos en su mayoría con trajes negros tibetanos para llorar a las víctimas de la represión, salieron antes del discurso tocando tambores y gaitas y cantando "Levantaos, levantaos".

Poco después del discurso, miles de tibetanos, entre ellos muchos niños, marcharon por las estrechas calles de Dharamsala portando pancartas sobre la liberación del Tíbet y protestando contra la operación de seguridad de China en el territorio.

Aunque condenó abiertamente la represión de China contra los disturbios registrados hace 12 meses y la falta de progresos en las conversaciones entre sus enviados y Pekín, el Dalai Lama dijo que ambas partes deben encontrar una forma de avanzar juntos.

Mientras, en la elevada meseta de la provincia de Qinghai, fronteriza con el Tíbet, la policía antidisturbios bloqueaba las carreteras y devolvía a los periodistas que intentaban entrar en el pueblo y monasterio de Tongren, conocido en tibetano como Rebkong.

"¿No pueden verlo? Es tan tenso. ¿Qué puedo decir sobre el 10 de marzo? Miren a todos estos policías y soldados aquí", dijo una mujer campesina de nombre Manang.

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