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El dato de paro de EEUU disipa las dudas sobre su economía

La tasa de desempleo crece una décima, al 9,6%, por el favorable comportamiento del sector privado. La economía marca la agenda de la Casa Blanca de cara a las legislativas de noviembre

ISABEL PIQUER

La economía estadounidense destruyó el pasado agosto menos empleo del previsto por el buen comportamiento del sector privado. El detalle positivo, en el que se fijaron los analistas y los mercados bursátiles, muestra que en las empresas privadas hubo un aumento neto de 67.000 puestos de trabajo (se preveían 40.000 más), que se suman a los 107.000 de julio.

Algunos analistas apuntaron que este dato puede ayudar a despejar las preocupaciones de que EEUU caiga otra vez en recesión. El aumento de la ocupación, que no acaba de confirmar un despunte de la economía pero ilustra que algo se está cociendo, va a ejercer una mayor presión sobre las autoridades para que adopten medidas que impulsen el crecimiento y el empleo.

Obama podría aumentar los incentivos fiscales al I+D y al empleo

Sobre todo porque, pese a todo, agosto mostró el índice de desempleo más alto desde mayo pasado, que muestra que aún persiste la debilidad del mercado laboral. En concreto, la tasa de paro registró un ligero incremento, del 9,5% a 9,6%. El dato es también algo mejor del que se esperaba, pero se suma a la ristra de indicadores que en los últimos meses reflejan que a EEUU le está costando salir de la crisis.

Para tratar de romper el actual estancamiento, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que estaba considerando adoptar nuevas exenciones fiscales.

A dos meses de las elecciones legislativas de noviembre, la economía es el tema que más preocupa a los votantes y en el que va a centrarse la Casa Blanca tras el largo fin de semana del Labor Day de este lunes, que marca en este país el final de las vacaciones de verano. La próxima semana, Obama viaja a Cleveland y Milwaukee para hablar directamente a los electores de la crisis y responder a las preguntas de los periodistas sobre las medidas que piensa tomar su gobierno.

Las empresas crearon en agosto 67.000 puestos de trabajo

'Como he dicho desde el principio, no hay solución rápida para resolver la peor recesión desde la Gran Depresión. La dura realidad es que se tardaron años para llegar a la actual situación económica y tomará su tiempo reparar los daños', dijo Obama ayer en unas breves declaraciones en el jardín de la Casa Blanca. 'Pero quiero recordar a todos los estadounidenses que llegan días mejores', añadió en una nota de forzado optimismo.

La semana pasada, el presidente estadounidense adelantó, y volvió a reiterarlo ayer aunque sin entrar en detalles, que su equipo está 'trabajando duro para encontrar medidas adicionales de promoción de empleo', medidas 'como ampliar los recortes fiscales para las clases medias que en principio caducan a finales de año; redoblar nuestras inversiones en energías limpias e investigación y desarrollo; reconstruir una nuestra infraestructura para el futuro, o reducir la presión fiscal sobre las empresas'.

Según publicaba ayer The Wa-shington Post, citando fuentes del equipo económico de Obama, el presidente tiene sobre la mesa propuestas por valor de miles de millones para recortar impuestos a las empresas. Las iniciativas se centraría en otorgar recortes fiscales a las compañías que aumenten su contratación e inviertan en I+D dentro de EEUU, aunque de momento no se ha tomado ninguna decisión.

El argumento es económico y electoral. Los demócratas temen que la relativa parálisis de Washington repercute negativamente en las urnas en noviembre. 'Vamos a hacer todo lo posible pero no hay solución mágica', declaro al Post David Axelrod, uno de los más próximos consejeros de Obama. 'Al mismo tiempo, debemos dejar claro que estas son nuestras ideas y que los republicanos, que han contribuido a crear esta crisis, hacen todo lo posible por bloquear cualquier intento de solución', agregó.

Las medidas serían puntuales. El pasado jueves, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, descartó que el Gobierno estuviera considerando la posibilidad de impulsar un nuevo plan de estímulo para la economía. Gibbs respondía así a las polémicas declaraciones de una ex consejera del presidente en asuntos económicos, Christina Romer, que abandonó su cargo el miércoles (tras predecir que el paro se reduciría al 8% este verano) y que se despidió afirmando que Washington debería 'gastar más y cobrar menos impuestos'.

El otro instrumento es la Reserva Federal. Su máximo responsable, Ben Bernanke, ha repetido en los últimos días que el Banco Central tomará las medidas necesarias para evitar que la situación empeore ante el riesgo de una posible deflación.

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