Este artículo se publicó hace 16 años.
"Death Magnetic", el regreso de Metallica a su sonido original de los 80
El grupo californiano Metallica regresa a su sonido original de los ochenta. Ya lo anunció el batería del grupo, Lars Ulrich, hace unos meses y hoy lo ha vuelto a confirmar Roberto Trujillo, bajista de la formación desde 2003 y que ha presentado en Madrid el último disco de la banda, "Death Magnetic".
"Este álbum tiene ingredientes del sonido antiguo de Metallica, tiene su sabor, pero aún así cuenta con elementos diferentes, tiene mucha personalidad y es muy dinámico. Para crearlo, James -vocalista y guitarra- y Lars tuvieron que dejar de huir de su pasado y aceptarlo", ha comentado Trujillo.
Tras cinco años de silencio, la marcha del anterior bajista Jason Newsted y después del tan criticado "St. Anger", la formación parece haber superado finalmente su crisis, recogida para asombro de todos en el documental "Some kind of monster", y ha regresado con un álbum que seguramente también sorprenda a muchos.
De 72 minutos de duración y con tan sólo diez canciones -lo que hace que cada tema tenga una media de unos siete minutos- "Death Magnetic" es, según el músico, "un disco complicado que se diferencia de otros trabajos anteriores de Metallica en que se siente como algo vivo".
"Grabamos cada tema como si lo estuviésemos tocando en directo. Era prácticamente un espectáculo", ha explicado el bajista, quien antes de entrar a formar parte del grupo de trash metal, trabajó en formaciones como Suicidal Tendencies y Infectious Grooves, o junto a Ozzy Osbourne.
Más cercano a sus raíces musicales y a títulos de sus comienzos como "Kill 'Em All" (1983) o "Master of Puppets" (1986) -disco durante cuya gira murió su bajista Cliff Burton- el grupo ha elegido como carta de presentación del álbum el corte "The day that never comes", que ya está disponible en iTunes desde el pasado 21 de agosto.
"Es una canción más clásica, quizá tiene un sabor más parecido a la vieja escuela de Metallica y en ella James hace un gran trabajo con la guitarra", comenta Trujillo, quien asegura que le dan igual las críticas sobre la duración de los temas.
"Hay gente que nos dice que es una canción demasiado larga para un single -7,58 minutos-. Para ser honestos, no nos importa, este álbum no está basado en singles, es un material más clásico. Igualmente parece que la gente la está aceptando bien", asegura el músico.
Y, efectivamente, el disco, que saldrá a la venta en tres formatos distintos (un "digipack", una edición especial en caja de cristal y otra en vinilo), no está pensado precisamente para satisfacer a quienes se esperen melodías fáciles.
Con un comienzo que adelanta el renacimiento de la banda y recuerda al bombeo de un corazón, los estribillos brillan por su ausencia y la batería suena con fuerza en un trabajo donde por primera vez a Kirk Hammett -guitarrista- se le ha permitido incluir sus propios solos en la grabación.
"Kirk no andaba mucho por el estudio porque acababa de tener a su primer hijo, pero todos se abrieron mucho conmigo, querían mi opinión y tenían la mente muy abierta, éramos un equipo", confiesa Trujillo, que también reconoce que cuando Lars y James crean una canción "hay que dejarles totalmente a solas".
A pesar de todas las desavenencias sufridas por la banda, el bajista afirma que sus compañeros son "adolescentes grandes encerrados en un cuerpo de cuarenta y tantos" y esto es "lo bonito de Metallica y de Death Magnetic".
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