Este artículo se publicó hace 15 años.
Decenas de muertos en ataques Afganistán; Karzai sigue en cabeza
Varias explosiones de bombas junto a carreteras causaron la muerte de 20 civiles en el sur de Afganistán y los milicianos mataron a 11 policías y seis guardias privados en emboscadas, dijeron el sábado las autoridades.
Además, según los resultados parciales publicados el sábado, el presidente Hamid Karzai mantenía una ventaja considerable sobre su principal rival, Abdulá Abdulá, tras las disputada elecciones presidenciales que se celebraron el mes pasado.
Con el recuento al 92,8 por ciento, Karzai obtenía el 54,3 por ciento de las preferencias frente al 38,1 por ciento de Abdulá, lo que le podría permitir evitar una segunda vuelta.
La comisión electoral indicó que había apartado los votos del 2,15 por ciento de los centros de votación debido a sospechas de irregularidades.
La violencia en Afganistán ha alcanzado su peor nivel en la guerra de ocho años, pese al alto número de soldados estadounidenses y de la OTAN que han sido desplegados para luchar contra los insurgentes talibanes.
El país sigue envuelto en una disputa por acusaciones de fraude electoral, que podrían poner a prueba la paciencia del presidente estadounidense, Barack Obama, y otros líderes de Occidente, que evalúan si es necesario o no el envío de más tropas extranjeras.
La victoria de Karzai podría ser desafiada por un organismo de vigilancia electoral respaldado por Naciones Unidas, que señala que ha encontrado evidencias de fraude y comenzó a eliminar votos de zonas donde el mandatario tiene un abrumador apoyo.
En el peor incidente que se conoció el sábado, el Ministerio del Interior dijo que una bomba junto a una carretera en la provincia de Uruzgan, en el sur del país, afectó a dos vehículos de pasajeros, causando 14 civiles muertos.
Otra explosión junto a un camino en la provincia de Kandahar causó seis muertos más, sostuvieron el gobernador local y el Ministerio del Interior afgano.
En la provincia de Kunduz, al norte, milicianos islámicos atacaron un puesto policial, matando a siete policías, incluyendo a un comandante, después de una batalla que se extendió desde la noche hasta la madrugada, dijo el gobernador provincial Mohamad Omar. El responsable dijo que dos policías estaban desaparecidos y se temía que hubieran sido capturados por los insurgentes.
Los insurgentes mataron el sábado a cuatro policías en un asalto contra una patrulla en la provincia de Nangarhar, al este del país, dijo un portavoz del Gobierno local.
Además, seis guardias de una empresa local de seguridad perdieron la vida cuando los rebeldes atacaron su oficina en la provincia oriental de Kunar, dijo el gobernador provincial Fazlula Wahidi.
La insurgencia talibán, en su mayor punto desde que los talibanes fueron expulsados por fuerzas estadounidenses y afganas en 2001, se ha propagado desde su bastión tradicional hasta las áreas del norte como Kunduz, que antes eran pacíficas.
Las fuerzas lideradas por la OTAN dijeron que habían asaltado complejos en la provincia durante la noche y afirmaron que mataron a "numerosos extremistas". Omar sostuvo que las fuerzas occidentales mataron al menos a 12 rebeldes talibanes en el lugar.
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