Este artículo se publicó hace 15 años.
Deep Purple demuestra en Chile por qué lleva cuatro décadas en la vanguardia
Deep Purple, la banda pionera del heavy metal nacida en Inglaterra en 1968, demostró en el concierto que dio anoche en Santiago de Chile por qué lleva cuatro décadas en la vanguardia del rock.
Deep Purple cuenta con una legión de seguidores que se deja el alma en cada concierto: hombres, mujeres, adultos y (casi) niños que corean, gritan y bailan con cada una de sus canciones, y anoche no fue la excepción.
Pasadas las nueve y media de la noche, la banda liderada por el vocalista Ian Gillan subió al escenario para saciar las ansias de 7.000 personas que pedían a gritos su presencia.
Con una puesta en escena sencilla y un espectáculo tan impecable como intenso, en hora y media Deep Purple demostró por qué siguen tan vivos como cuando colocaron en las tiendas las primeras dosis del rock pulcro y contundente que les ha llevado a vender 100 millones de copias a lo largo de estos 40 años.
La nota discordante del gran concierto fue el débil estado de salud de Gillian, que rondó por el escenario con aspecto muy enfermizo.
Además, tosió durante todo el concierto y se ausentó durante largos periodos que sus compañeros reemplazaron con demoledores solos.
Su voz, también más débil que en otras ocasiones, pasó a un segundo plano merced a las excelentes ejecuciones instrumentales de Steve Morse, Roger Glover, Don Airey e Ian Paice, que se repartieron el show para brillar juntos y por separado.
Los casi cien minutos de presentación fueron un recorrido por la discografía de la banda británica: desde clásicos como "Hush", Highway Star" y el eterno "Smoke on the water", a su último disco de estudio, "Rapture of the Deep", que ha recibido el elogio casi unánime de los críticos.
Mezclaron con virtuosismo el heavy metal, el rock más clásico y el blues y, sobre todo, demostraron tener mucho oficio. La simpatía y generosidad de la banda también quedó patente cuando los músicos regalaron uñetas y baquetas a los espectadores, que en los primeros minutos a duras penas permanecieron sentados para acabar subidos a las sillas pidiendo a gritos bises y más bises.
La banda ofreció un concierto en Puerto Montt, sur de Chile, el pasado martes, y el sábado se presentarán en la norteña ciudad de Antofagasta en un concierto gratuito junto a la banda argentina que los ha acompañado en esta gira por el país: Dios Salve a la Reina, un impecable tributo a Queen.
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