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Los demócratas cierran filas en torno a la fórmula presidencial Obama-Biden

EFE

Los demócratas cerraron hoy filas en torno a la fórmula "Barack Obama-Joseph Biden", una papeleta electoral con la que quieren recuperar la Casa Blanca pero que, para los republicanos, sólo demuestra la inexperiencia de Obama.

En general, los analistas coinciden en que el tándem Obama-Biden equilibra el mensaje de cambio del senador por Illinois con las necesarias dosis de experiencia y conocimiento de los pasillos de poder de Washington sin los que, en realidad, es imposible gobernar EE.UU.

Es una elección que parece necesaria para llevar adelante con seriedad la tarea de Gobierno, pero que ha dado pie a inmediatas críticas republicanas que apuntan a que, tanto mensaje de cambio para, a la hora de la verdad, echar mano de uno de los senadores más curtidos de EE.UU. Eso, dicen, sólo demuestra falta de confianza.

La designación de Biden, gran conocedor tanto de asuntos internacionales como de defensa, seguridad nacional y constitucionales, se conoció en la madrugada del sábado, poco antes de que la campaña del senador por Illinois enviara los mensajes de texto con los que pretendía dar a conocer su decisión.

Los largamente esperados mensajes de móvil enviados a los seguidores de Obama a la incómoda hora de las tres de la madrugada (07.00 GMT) rezaban: "Barack ha elegido al senador Joe Biden para ser nuestro vicepresidente".

Pero la noticia, había sido ya confirmada dos horas antes por algunas televisiones, después de que se cayeran de la lista dos de los principales rivales de Biden: el senador de Indiana, Evan Bayh, y el Gobernador de Virginia, Tim Kaine.

Se terminó, por tanto, el suspenso que rodeó al largo y complicado proceso de selección, en el que, para gran enfado de sus seguidores, en ningún momento se llegó a considerar como posible "VP" a la senadora Hillary Clinton, la gran rival de Obama en el proceso de primarias.

La frustración de sus seguidores está hoy patente en los medios de comunicación, pero la senadora por Nueva York se ha apresurado a alabar la designación de Biden para el puesto.

Lo ha calificado como "un líder extraordinariamente fuerte y experimentado y un dedicado servidor público".

Otro tono tiene la reacción oficial republicana al nombramiento.

Ben Porrit, portavoz del candidato republicano Jhon McCain, señaló que Biden ha sido el "más acérrimo" crítico de la falta de experiencia de Obama durante la campaña de primarias en la que ambos se disputaban la candidatura.

"Biden ha denunciado la falta de criterio de Obama en política exterior, y argumentó con sus propias palabras lo que los estadounidenses ahora ven: que Barack Obama no está preparado para ser presidente", añadió Porrit.

Los republicanos no han perdido ni un minuto y hoy mismo pusieron en circulación en los principales estados "bisagra", un anuncio en el que se ve a Biden diciendo, tras criticar la inexperiencia de Obama, que estaría "muy honrado de presentarme con o contra John McCain, porque creo que el país sería mejor".

Con estas "perlas" que son una extraordinaria munición para los republicanos y otras como que Obama es "limpio" y es "el primer" afroamericano en la política estadounidense que es "expresivo, brillante, ético y bien parecido", parece razonable que la campaña tenga que pensar en controlar sus prontos.

Sin embargo, los pros son claramente más que los contras ya que Biden puede ser igual de mordaz, o más, cuando se trata de atacar a los republicanos, un papel que tradicionalmente desempeña en las campañas electorales de EE.UU. el candidato a vicepresidente.

Biden, que durante sus 35 años en el Senado se ha ganado la fama de defensor del ciudadano de a pie, es sobre todo un hombre inteligente, implacable que, sin ofender, sabe dar donde duele.

Además, mucho menos adinerado que la mayoría de sus compañeros del Senado, Biden, es un hombre campechano que viaja diariamente en tren los 250 kilómetros que lo separa de su casa de Delaware y que, por encima de todo, como él dice, "no soy una superestrella".

Pero sí es alguien que, como quería Obama, tiene sus propias ideas de las cosas y va a retarle en sus planteamientos.

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