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Denuncia y verás

Reclamar ante el sindicato de futbolistas los casi 130.000 euros que le debía el Celta le va a costar al lateral Edu Moya el puesto

ALFREDO VARONA

Usted aceptaría trabajar por amor al arte?'. En vez de contestar, Edu Moya (1981), futbolista del Celta, interpela: 'Es la pregunta que quiero trasladar a los que dudan de mí'. Son días difíciles y necesita desahogarse. 'Al principio, fui por la vía de la diplomacia, estuve todas las vacaciones esperando una respuesta del club'. Y cuando se cansó, sin calcular los riesgos, lo denunció ante la AFE por los 130.000 euros que le debía. Pero estos actos pocas veces se saldan sin represalias. El Celta, de repente, ya no quiere saber nada de Moya: 'Me han dicho que no desean que siga'.

El Celta no perdona a un futbolista que, según su versión, no le ha dado margen de confianza. Antes del 31 de julio, el club tuvo que abonar a la AFE su deuda para no ser descendido y ya sólo falta que el dinero se ingrese en la cuenta de Edu Moya. 'Pero no compensa', dice ahora el jugador, 'si hubiese sabido esto, seguramente no hubiese hecho nada. Pero estuve en muchos sitios en los que he tardado en cobrar. Llevo diez años de profesión, sé lo que es esto y siempre había aguantado'.

Hay más jugadores que denunciaron al Celta por impago, como Rubén o Notario. Pero ya estaban condenados. Sabían que el club no les quería. De los que fueron titulares el año pasado, Edu Moya es el único que denunció. 'No debería justificarme tanto, pero interpreto esta profesión pensando en el día de mañana. He hecho unas inversiones que me exigen una regularidad en los pagos, y si no me pagan a mí no puedo hacerlos frente'.

Casado y padre de un niño de dos años, insiste en que no ha ido 'con mala intención'. 'Tampoco he reclamado el dinero para cambiar de coche o irme de vacaciones, sino porque lo necesito. Yo no tengo suficiente dinero en mi cuenta corriente. Lo tengo invertido'.

'Tampoco ganamos tanto', resume. Aun así la profesión está tan dura que hay pocos futbolistas que no cobran y se atrevan a denunciar a su club. 'Ha sido así siempre', señala Pier (Roma, 1971), delantero de los noventa. 'La gente aguanta mucho hasta que ya no se puede y vienen las denuncias, los encierros...'.

Pier, que jugó en el Tenerife, Betis, Sporting y Zaragoza), regresó en la última parte de su carrera al Tenerife y le denunció por impago. Su situación no se parece a la de ahora. 'Yo denuncié porque sabía que no iba a seguir. Había entrado una nueva directiva y no era cuestión de quedarse quieto si se saltaban lo pactado. Pero reconozco que si me hubiesen garantizado un sitio en la plantilla no lo hubiera hecho'.

Edu Moya lo tenía en el Celta y ahora lo ha perdido por reclamar lo suyo. 'Es lamentable, pero los futbolistas estamos así de desprotegidos. Aunque hay que ser realistas, todo va en relación a la importancia que tenga el futbolista. Si tienes mucha y denuncias, el club traga; pero si hay el más mínimo resquicio te limpian'.

Algo que en su momento no se pudo hacer en A Coruña con Fran (A Coruña, 1971), precisamente por esa jerarquía a la que alude Pier. A Fran ya no le gusta recordar, 'porque fueron días malísimos', pero él también denunció al Depor ante la AFE para que no se saltase la liquidación de su contrato de la temporada 2004-05. Eso sí, cuando denunció lo hizo con conocimiento de causa. 'Sabía que me enfrentaba a unas consecuencias durísimas'.

Y no se equivocó: el presidente Lendoiro llegó a publicar su contrato en la web del club. Toda su biografía se sintió herida en aquel momento. Llevaba 17 años, había besado infinidad de veces el escudo y era un mito viviente, el único futbolista que quedaba de la época de Segunda, de los tiempos de pico y pala.

'Por dinero me hubiera ido hacía tiempo, porque había sitios en los que se me pagaba mucho más, pero mi denuncia no sólo fue por dinero'. Al final, cobró lo que le correspondía, pero la memoria no olvidará jamás. 'Detrás había un fondo infinitamente más amplio que no vale la pena remover'.

A Fran no le extraña lo de Moya: 'Los clubes son así de intransigentes. Pero si hay un contrato firmado... ¿Por qué no se le paga lo que se firmó? ¿O es que no se lo ha ganado en el césped?'.

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