Este artículo se publicó hace 17 años.
La derecha revalida su triunfo en Dinamarca, pero necesita a los centristas, según los sondeos
El bloque de derecha del primer ministro liberal, Anders Fogh Rasmussen, ganó hoy las elecciones generales con un 48,7 por ciento de los votos, según un sondeo a pie de urna realizado por la televisión semipública TV2, difundido dos horas antes del cierre de los colegios, a las 19.00 GMT.
Rasmussen y sus aliados, los conservadores y el ultraderechista Partido Popular, repetirían triunfo por tercera vez seguida y alcanzarían 87 escaños, 7 menos que en 2005, pero necesitarían de los votos del centrista Nueva Alianza, con el 3,1 por ciento y 5 escaños, para obtener la mayoría, fijada en 89.
Según el sondeo, el Partido Liberal fue el más votado con el 25,3 por ciento de los votos, un 3,7 por ciento menos que en 2005, mientras el Conservador bajaría 0,3 hasta el 10, por ciento y el Partido Popular Danés subiría una décima hasta 13,4 por ciento.
En el bloque de centro-izquierda, el Partido Socialdemócrata, sería segundo con el 25,2 por ciento, un 0,6 por ciento menos; el Partido Socialista Popular doblaría sus votos hasta el 13,4; el Partido Radical Liberal bajaría 3,4 hasta el 9,2 y la coalición "rojiverde" Lista Única cedería 0,9, pero se mantendría con un 2,4 por encima de la barrera mínima del 2 por ciento.
El bloque de izquierda obtendría 83 escaños, dos más que en 2005.
El sondeo, que se basa en 2.019 entrevistas a pie de urna por la empresa Megafon, no tiene en cuenta los 4 diputados que se reparten a partes iguales los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe, que se contabilizan más tarde.
Si se mantienen los resultados, Nueva Alianza sería el "árbitro" de las elecciones, tal y como han señalado los sondeos en los días previos a los comicios, adelantados por Rasmussen más de un año antes del final de la legislatura.
Nueva Alianza, creada el pasado mayo, basó su campaña en restar influencia a la ultraderecha, condicionando su apoyo a Rasmussen a que el Gobierno dimita y realice un nuevo pacto desde cero, después de que cada partido comunique a la reina Margarita II su candidato a primer ministro.
Rasmussen deberá conciliar las diferencias que en temas como inmigración y política fiscal mantienen Nueva Alianza y el Partido Popular Danés.
El hasta ahora primer ministro ha conseguido derrotar a una oposición más unida que nunca, que ha rechazado algunas reivindicaciones en política de inmigración y fiscal, y con la líder socialdemócrata, Helle Thorning-Schmidt, como una dura rival en los debates y con un indiscutible gancho popular.
Pero su llamada a elegir la mejora del Estado del Bienestar frente a las rebajas fiscales no ha convencido al electorado de la necesidad del cambio, cuando Dinamarca atraviesa por una época de bonanza económica y ha alcanzado cifras récord en descenso del paro.
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