Este artículo se publicó hace 15 años.
"A la deriva" de Pons descubre a una mujer que busca a otro entre los horrores de África
La 30 Mostra de Valencia preestrena hoy "A la deriva" del director Ventura Pons, que ha presentado hoy su trabajo desvelando el proceso de creación de la protagonista, una mujer desorientada que se busca sí misma y al otro tras su retorno desde una África que le persigue en pesadillas y le reclama.
La película, que podrá verse a las 22:00 horas en el Teatro Olympia de Valencia y llegará a los cines el 6 de noviembre, se ha basado en la novela de Lluís-Antón Baulena, con guión y producida por el propio director con su productora "Els films de la Rambla".
Anna (María Molins), la protagonista de la historia, es una enfermera que vuelve a Barcelona después de trabajar en una ONG en África y toma el primer trabajo que se le presenta: guardia de seguridad en turnos de noche en un centro de salud y desintoxicación de lujo con personajes oscuros que se desdoblan por la noche.
Perdida y con una rabia desesperada ante la impotencia de la pobreza y la ignorancia de Occidente, Anna rompe con todo en busca de sí misma y se encuentra así con uno de los pacientes, Giro, con quien mantendrá una relación de dependencia y sexo que le aplaca sus traumas personales.
El descubrimiento de Molins, que por primera vez trabaja como protagonista en un largometraje, a través de un personaje tan potente, ha sido la "columna vertebral" de la obra, según Pons, quien ha desvelado que tanto el de ella como personajes secundarios siguen la estela de otras de sus películas como "Morir (o no)" o "Caricias".
"Son personajes solos o de esa soledad compartida que sólo se encuentra en estos días, en el siglo XXI, personajes que van y vienen, se encuentran y se comunican, pero que son personajes a la deriva", ha explicado.
Con esa solitud omnipresente, sentimientos de enclaustramiento, de amor y odio, de atracción fatal van dando forma a un personaje del que Pons se ha declarado "obsesionado por entenderlo" y que ha extremado en sus delirios más allá de la novela original, aunque ha asegurado que ha sido "muy fiel a ella, aunque más fiel a sí mismo".
Por eso, Anna golpea y da una paliza a un acosador, grita sola en una caravana ("el mejor momento de la película", según Pons), camina sola por la noche y acompasa el sexo y la muerte como una orquesta fílmica que tensa el trastorno interior de su personaje.
Otros personajes femeninos sobresalen en el filme dando más brillos de excentricidad y humor como el de la intérprete Anna Azcano, que ha acompañado a Pons y ha explicado su papel -una actriz de 40 años que está desintoxicándose e intentando mantener la línea- como uno de esos "personajes pequeños" que deslumbran en las películas del cineasta.
En su caso, ha resaltado el desnudo sorpresa del que se ha quejado al director entre risas: "no sé por qué tiene la manía de sacarme siempre en pelotas".
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