Este artículo se publicó hace 16 años.
La derrota de las sanciones a Zimbabue provoca duras reacciones en la ONU
La derrota hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución que imponía sanciones al régimen del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, provocó duras reacciones en el seno del órgano.
El embajador de EE.UU. ante Naciones Unidas, Zalmay Khalilzad, acusó al presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, de "proteger" al régimen zimbabuense por su negativa a adoptar una postura más firme en contra de Mugabe.
Consideró que las negociaciones mediadas por el mandatario sudafricano en Pretoria entre el Gobierno de Harare y la oposición han sido un "fracaso".
"No hay nada serio en esas negociaciones", valoró Khalilzad a la salida de la reunión del Consejo en la que el veto de China y Rusia impidieron la adopción de las sanciones.
Sudáfrica, que también votó en contra, aseguró que la resolución hubiera entorpecido las nuevas negociaciones entre el gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) y el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC).
Pretoria realiza la tarea de mediador en representación de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC).
Khalilzad dijo que "es preocupante la apariencia de que el presidente Mbeki protege al régimen de Mugabe" por su negativa a aumentar la presión sobre Harare.
Aseguró que el presidente sudafricano "ha perdido el contacto con los sentimiento de su pueblo" por no adoptar una postura más firma ante Mugabe como la del arzobispo Desmond Tutu.
"Se está oponiendo a que un país vecino goce de las mismas cosas que ha conseguido el suyo", apuntó.
Los patrocinadores de las sanciones acusaron a Rusia de haberse negado a negociar su contenido o proponer alternativas, pese al respaldo de Moscú en la pasada cumbre del G8 a tomar medidas contra Mugabe.
"Nadie colaboró, se quedaron sentados y se limitaron a votar no", afirmó el embajador británico ante la ONU, John Sawers.
Su homólogo ruso, Vitaly Churkin, respondió que el argumento del británico "no estaba basado en los hechos" y reiteró que el acuerdo del G8 no suponía un respaldo explícito a las sanciones.
Advirtió que la resolución "era un intento de inmiscuirse en los asuntos internos de un Estado" que no representa una amenaza a la paz internacional.
"Hace tiempo que vemos una tendencia por parte de algunos de arrastrar al Consejo de Seguridad más allá de sus funciones, lo que es excesivo y peligroso", consideró.
La derrota de la resolución supone un espaldarazo para el Gobierno de Harare, aseguró su embajador ante la ONU, Boniface Chidyausiku.
"Los EE.UU. hicieron una lectura de la situación, los estadounidenses se creen que dominan el mundo, pero no es así", valoró.
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