Este artículo se publicó hace 15 años.
Desentierran una "vampiresa" en una antigua fosa de Venecia
Los investigadores italianos creen que han encontrado los restos de una "vampiresa" en Venecia, enterrada con un ladrillo metido entre sus mandíbulas para evitar que se alimentara de las víctimas de una plaga que hubo en la ciudad en el siglo XVI.
Matteo Borrini, un antropólogo de la Universidad de Florencia, dijo que el descubrimiento en la pequeña isla de Lazzaretto Nuovo en la laguna de Venecia apoyaba la creencia medieval de que los vampiros eran responsables de la extensión de las plagas como la peste negra.
"Esta es la primera vez que la arqueología ha triunfado en la reconstrucción del ritual de exorcismo de un vampiro", explicó Borrini a Reuters por teléfono. "Esto ayuda (...) a explicar cómo nació el mito del vampiro", añadió.
El esqueleto fue exhumado de una fosa común de la plaga de 1576 en Venecia, en la que murió Tiziano, en Lazzaretto Nuovo, que está alrededor de tres kilómetros al noreste de Venecia y que se utilizó como sanatorio para los afectados por la plaga.
La sucesión de plagas que afectaron a Europa entre los años 1300 y 1700 incrementó la creencia en los vampiros, sobre todo porque no se entendía el proceso de descomposición de los cuerpos, explicó Borrini.
Los enterradores que reabrían las fosas comunes se encontraban a veces cuerpos hinchados con gas, con el pelo creciéndoles todavía y la sangre saliendo por la boca, lo que llevó a pensar que todavía estaban vivos.
Los paños utilizados para cubrir las caras de los muertos normalmente estaban podridos por las bacterias de la boca, dejando ver los dientes del cadáver, por lo que los vampiros fueron se ganaron el nombre de "come-paños".
Según textos medievales médicos y religiosos, se creía que los muertos vivientes extendían la pestilencia para chupar la vida que quedaba en los cuerpos hasta que conseguían la fuerza para volver a las calles.
"Para matar a un vampiro tenías que quitar el paño de su boca, que era su sustento como la leche lo es para un niño, y poner algo que no se pudiera comer ahí", dijo Borrini.
"Es posible que otros cadáveres hayan sido encontrados con ladrillos en la boca pero esta es la primera vez que se ha reconocido el ritual", agregó.
Mientras las leyendas sobre los bebedores de sangre se remontan a miles de años atrás, la figura moderna de vampiro se resumió en la novela de 1897 "Drácula", del autor irlandés Bram Stoker, basada en cuentos populares de Europa Oriental del siglo XVIII.
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