Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han detenido este martes a un hombre que había robado un camión de butano y había intentado meterse en dirección contraria en la Ronda Litoral de la Ciudad Condal. Durante el arresto, los agentes han realizado al menos cinco disparos, sin que ninguno de ellos llegara a alcanzar al conductor.

Según han informado fuentes policiales, el detenido es de nacionalidad sueca y tiene antecedentes psiquiátricos. El hombre, de 32 años y que no iba armado, ha sido ingresado en un centro psiquiátrico después de que en el reconocimiento médico practicado se haya comprobado que sufre un trastorno mental. Los Mossos no habían podido interrogarlo porque tras su arresto había alegado que no sabe hablar ni castellano ni catalán ni inglés.

El ministro del Interior, Juan Irgnacio Zoido, ha asegurado en un mensaje en Twitter que no se trata de ningún acto terrorista. Igualmente, la Policía ha comunicado que no ve "indicios razonables" de que haya podido tratarse de un atentado.

Los hechos se iniciaron hacia las 10.40 de la mañana cuando el arrestado robó "al descuido" un camión de butano en la calle Vilà Vilà de Barcelona aprovechando que su responsable estaba repartiendo las bombonas. Posteriormente, el hombre huyó con el vehículo con la intención de entrar en contradirección a la Ronda Litoral de Barcelona, por el acceso 22.

En su trayecto, el camión, que circulaba a gran velocidad porque ya estaba siendo perseguido por la Policía, embistió a varios vehículos y perdió algunas bombonas de butano, lo que provocó más daños en otros automóviles que circulaban por la zona y heridas leves a una mujer. Tras darle el alto, unidades de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana de Barcelona efectuaron varios disparos al vehículo, que finalmente detuvo la marcha, ante lo que los agentes pudieron arrestar al conductor.

Tres de los disparos, que han impactado en la luna del camión, fueron efectuados con un subfusil y otros dos con una arma corta. La Policía catalana ha defendido que dispararon contra el vehículo con el propósito de modificar la trayectoria del mismo y evitar que acabara arrollando a los numerosos automóviles que suelen circular por la Ronda Litoral a velocidades que pueden alcanzar los 80 kilómetros por hora.