El día que en el FIB se bailó samba

No siempre fue así, pero desde hace algunos años el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) tiene la -para muchos aficionados, sana- costumbre de programar a leyendas del rock, el pop y la electrónica, artistas atemporales cuya obra imperecedera sigue cautivando a los aficionados generación tras generación.

Sin duda, el caso más sorprendente fue el del canadiense Leonard Cohen, que el año pasado, con el sol todavía pegando, recitó un buen puñado de sus letanías ante un público poblado de veinteañeros británicos adictos a los últimos hypes. En ediciones anteriores, clásicos como Brian Wilson, Lou Reed y Kraftwerk dieron sus particulares clases magistrales, porque algo de espíritu didáctico sí que tienen unos conciertos ante una audiencia que no había nacido cuando estos músicos publicaron sus obras cumbre.

Los brasileños tocaron por primera vez en territorio español en el FIB 2007

Uno de los casos más curiosos fue el de Os Mutantes. Los brasileños tocaron por primera vez en territorio español en el FIB 2007, cuando habían pasado casi 40 años desde que editaron su disco de debut. Actuaron a media tarde en una de las carpas del festival y, a diferencia de Leonard Cohen, el clima cálido y soleado de la costa levantina resultó de lo más propicio para sus canciones. Os Mutantes ofrecieron un concierto estupendo, repleto de canciones que trenzaban de manera única pop, samba y psicodelia.

Hubo quién se quejó de que se excedieron en los tramos instrumentales -especialmente en los solos de guitarra-, aunque en realidad los tocaban con mucha intención y no como exhibiciones de virtuosismo gratuito. Prueba de ello es que gran parte del público respondió bailando en muchas de las canciones (algo bastante difícil de ver en el Festival de Benicàssim). Dedicaron El justiciero a Bush y versionaron a Caetano Veloso con Baby.