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La diabetes infantil se dispara en Europa y se frena en España

Un estudio realizado en 17 países europeos vaticina que la incidencia de diabetes de tipo 1 se doblará en 15 años

ANTONIO GONZÁLEZ

En 2020 habrá en la Unión Europea y Noruega 24.400 nuevos casos de diabetes de tipo 1 en menores de 15 años, el doble de los que se registraron en 2005. También para entonces, unos 160.000 adolescentes europeos –un 70% más que en 2005– vivirán con esta enfermedad, que aparece cuando el organismo es incapaz de producir insulina debido a la destrucción, por parte del sistema inmune, de las células beta del páncreas encargadas de segregar la hormona. Esta es la conclusión de un estudio realizado en 17 países europeos, entre ellos España, que se publica en el último número de la revista The Lancet.

Además de hacer proyecciones para el futuro, el trabajo refleja que el número de casos nuevos de diabetes infantil ha registrado un aumento anual del 3,9% desde 1989 hasta 2003, un periodo en el que el menor incremento se registró en España, donde esta patología sólo creció en un 0,6%, frente a las cifras mucho más elevadas, de en torno al 8%, contabilizadas en los países de Europa del este.

Según uno de los autores del estudio, Albert Goday, especialista del Hospital del Mar de Barcelona, los buenos datos de España, que ha aportado 1.923 pacientes al estudio, pueden deberse a que ya registró hace 30 años un sustancial incremento en la incidencia de esta patología, al igual que está ocurriendo ahora con otros países que están adaptando ahora su estilo de vida al de Europa occidental.

Goday indica también que se desconocé el porqué del aumento de la incidencia de esta enfermedad en la población infantil europea, aunque añade que es posible que se deba a factores ambientales como determindos virus, y también a los cambios en la alimentación de los niños debido a una dieta menos sana y a la extensión de la lactancia artificial. En principio puede descartarse una relación con el aumento de la diabetes tipo 2, que aparece sobre todo en la edad adulta y está más vinculada a los hábitos de vida sedentarios y la obesidad, ya que 'son enfermedades distintas que responden a patrones genéticos diferentes'.

En un artículo de opinión que acompaña al estudio, la experta de la Universidad de Colorado (EEUU) Dana Dabelea indica que las conclusiones revelan la importancia de incrementar los esfuerzos dirigidos a combatir la enfermedad en la población infantil y juvenil 'no sólo para entender su compleja etiología, sino también por su creciente importancia para la salud pública'. Asimismo, reconoce que las causas de este incremento en la incidencia de la enfermedad 'no están claras', por lo que es necesario estudiarlas urgentemente.

 

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