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El diálogo en Bolivia "agoniza pero aún no ha muerto", dice portavoz de los prefectos

EFE

El prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Cossío, representante de la oposición autonomista en la negociación con el Gobierno de Evo Morales, afirmó hoy que el "diálogo agoniza, pero aún no muerto", tras la detención de su colega de Pando, Leopoldo Fernández.

Cossío se pronunció en ese sentido en el aeropuerto de la ciudad oriental de Santa Cruz a donde viajó para reunirse con su colega, el también opositor Rubén Costas, después de abandonar el Palacio de Gobierno de La Paz pasado el medio día.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y Cossío han representado al Gobierno y a los opositores, respectivamente, en el inicio de las conversaciones para definir un proceso de diálogo que resuelva la conflictiva situación de Bolivia, azotada en los últimos días por una escalada de violencia.

Ambos trabajaban en un documento para sentar las bases de la posterior negociación, que estaba casi cerrado cuando se produjo la detención del prefecto de Pando, lo que interrumpió las conversaciones.

A su llegada a Santa Cruz, Cossío aseguró que negoció con el vicepresidente las bases de un acuerdo para tratar, además de las discrepancias políticas y económicas que enfrentan a ambas partes, los principios bajo los cuales debía investigarse los crímenes ocurridos en la región de Pando.

Sin embargo, admitió que el acuerdo quedó en agonía por la detención de Fernández, quien fue trasladado en avioneta a La Paz y que será confinado a una región aún no definida por su presunta responsabilidad en las muertes.

"Hoy cuando estábamos en Palacio de Gobierno a punto de suscribir (el acuerdo) con el presidente de la República llegó la comunicación del apresamiento del prefecto de Pando. Este un hecho que inegablemente afectó al acto de la suscripción de este documento", dijo Cossío.

Sin embargo, el vicepresidente, en una rueda de prensa en La Paz, calificó de "pretexto" la suspensión del diálogo por el arresto de Fernández porque, recordó, el Ejecutivo ya anunció que lo iba a detener al inicio de las conversaciones y él mismo advirtió que los muertos de Pando no serían objeto de negociación en este proceso.

García Linera insistió en la "absoluta voluntad de diálogo" por parte del Gobierno, que encontró, dijo, las fórmulas técnicas para resolver las demandas de los prefectos opositores en torno a las rentas petroleras y sobre el encaje constitucional de los estatutos autonómicos.

Esto se ha plasmado en un documento firmado por Morales, según el vicepresidente, que fijaba mesas de trabajo (ingresos petroleros, autonomías-constitución y pacto institucional), interlocutores y facilitadores del diálogo y hasta la fecha (el próximo jueves), y el lugar (Cochabamba) para "implementar" el acuerdo.

García Linera confió en que los prefectos recapaciten y suscriban el preacuerdo porque, dijo, rechazar el diálogo es "apostar por más violencia, más confrontación y más división entre los bolivianos".

Pero el prefecto de Tarija explicó a Morales que no podía firmar el documento sin conocer la opinión de los líderes de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca sobre la detención de Morales, explicó Cossio a los periodistas en Santa Cruz.

"Nosotros no vamos a romper el diálogo en Bolivia. Si el presidente lo quiere que romper para justificar algún tipo de acciones siguientes, de nuevos apresamientos, de percusiones, estado de sitio, tiene la libertad de hacerlo", dijo Cossío.

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