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Diecinueve aeropuertos españoles podrían cerrar hasta la noche

Reuters

Diecinueve aeropuertos españoles, situados en el norte de la Península Ibérica, permanecen cerrados desde el mediodía del sábado por la nube de cenizas de un volcán islandés, una restricción que podría prolongarse hasta la noche.

Los aeropuertos afectados son los de Barcelona, Girona, Sabadell, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Zaragoza, Pamplona, La Rioja, Santiago, A Coruña, Vigo, Asturias, Santander, León, Valladolid, Burgos y Salamanca, pertenecientes a la red de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, así como el de Lleida, que no pertenece a Aena.

Sin los datos de Cataluña, se han visto afectados 123 vuelos de un total de 190 programados, con unos 9.500 pasajeros, según informó el ministro de Fomento, José Blanco.

"Estamos intentando que los problemas generados afecten al menor número de personas, pero todos los ciudadanos entenderán que nuestra prioridad absoluta será la seguridad", dijo Blanco en una rueda de prensa en Madrid.

"No vamos a autorizar ningún vuelo mientras los técnicos no nos garanticen plenamente que la nube de ceniza volcánica está despejada y no supone ningún riesgo para las aeronaves", agregó.

Iberia informó de la cancelación de los vuelos con Galicia, Asturias, Santander, Bilbao, San Sebastián, Pamplona, Zaragoza, León, Valladolid y Burgos, para cuyos pasajeros está facilitando autobuses. La aerolínea española ofrece cambios de fecha y reembolsos a quienes decidan no viajar.

Los aeropuertos catalanes se cerraron por la tarde, después de que las previsiones de la agencia europea de tráfico aéreo Eurocontrol indicaran que la nube de cenizas se iba a desplazar hacia el noreste, alcanzando esta parte de la Península Ibérica y el sur de Francia.

"A lo largo de la tarde y hasta las 2 de la madrugada van a permanecer cerrados una veintena de aeropuertos", dijo Blanco, hora a partir de la cual podrían ir abriéndose la mayoría de ellos.

Fomento informó de que se han previsto medios alternativos de transporte mediante el aumento de la capacidad de trenes y buques, así como en transporte por carretera.

Renfe ha dispuesto un sistema complementario para aumentar la capacidad, con más de 1.000 plazas para las conexiones entre Madrid y Asturias, Bilbao y Cantabria, y también tiene preparado un dispositivo en la conexiones con Valladolid y Santander, Madrid y León, y Madrid y Valladolid.

En el corredor Madrid-Barcelona, Renfe pondría en marcha tres trenes extra en cada sentido, lo que supondría un total de 2.400 plazas. Además se está preparando el desvío de vuelos a Madrid y Valencia.

Según datos provisionales de Fomento, de los 648 vuelos programados a lo largo del día en el aeropuerto de Barcelona, podrían verse afectados 320, es decir, unas 28.000 personas.

"No descartamos que a lo largo de la semana volvamos a tener algún problema con la nube de ceniza volcánica", agregó Blanco.

Aena recomendó a los pasajeros que tengan previsto volar que antes de acudir a los aeropuertos, contacten con su compañía aérea.

TAMBIÉN EN FRANCIA Y PORTUGAL

Eurocontrol también informó del cierre de los aeropuertos del norte de España, así como en el norte de Portugal y algunas zonas del sur de Francia, por la extensión de la nube de cenizas procedente de un volcán islandés, que ya causó el caos en el transporte aéreo de Europa hace tres semanas.

Sin embargo, la autoridad francesa de aviación dijo que los aeropuertos en el sur del país iban a permanecer abiertos.

"Lógicamente, basándonos en las previsiones actuales, nos libraremos hasta el lunes a mediodía", dijo un portavoz, que añadió que habría una actualización posteriormente.

Eurocontrol dijo que espera que el sábado haya unos 25.000 vuelos en Europa, frente a los 30.342 del viernes, una cifra que dijo que estaba dentro de los niveles normales.

"Las erupciones de ceniza continúan, y el área de potencial contaminación por ceniza se está expandiendo, en especial entre el nivel del suelo y los 20.000 pies", indicó.

Las interrupciones de abril afectaron los planes de viajes de millones de pasajeros en Europa y otros continentes y costaron a las aerolíneas alrededor de 1.000 millones de euros en ingresos.

Las valoraciones de los científicos y los fabricantes de aviones llevaron a decidir restringir las áreas cerradas a aquellas con mayor concentración de cenizas, después de determinarse que aquellas con menor concentración no dañarían los motores de los aviones.

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