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Diez millones de chinos perdieron su trabajo en 2008

EFE

Diez millones de emigrantes rurales desempleados, del total de 130 millones que trabajan en las ciudades, han sido los primeros en sufrir el impacto de la crisis financiera mundial que ha afectado a China, informó hoy la agencia de noticias Xinhua.

Los datos del Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social señalan que 10 millones de trabajadores emigrados a las ciudades habrían regresado en 2008 a sus provincias de origen tras perder su empleo por el cierre de plantas exportadoras en el país asiático.

Sin embargo, esta masa de obreros inmigrantes que trabajan en las ciudades no se incluye en las estadísticas de desempleo, que contabilizan sólo las áreas urbanas chinas y que en los últimos dos años se ha mantenido en un ejemplar e inexacto 4 por ciento.

Cai Fang, un experto laboral de prestigio en China, alertó de que la cuarta potencia mundial no podrá mantener el índice de desempleo urbano tan bajo en 2009, ya que espera que aumente precisamente por el despido de los inmigrantes.

"La mayor parte de la pérdida de empleo en 2008 se produjo entre obreros inmigrantes", señaló Cai, responsable del Instituto de Economía Laboral, de la Academia China de Ciencias Sociales, adscrita al Ejecutivo chino.

Como resultado de este aumento del desempleo, el incremento de los ingresos de los ciudadanos se va a ralentizar y, en consecuencia, el consumo se verá afectado, pronosticó el economista.

Este descenso en el consumo doméstico tendrá un impacto en el crecimiento económico del país, después de que sus dos pilares en décadas, las exportaciones y la inversión, ya hayan empezado a contraerse.

Por primera vez en décadas, los tres principales destinos de las exportaciones chinas -EEUU, UE y Japón- se encuentran en crisis, por lo que numerosas manufacturas chinas han cerrado o parado su producción.

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