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¿Quién dijo calor?

Las altas temperaturas se están enseñoreando un año más del verano en Madrid. Pero la capital dispone de un buen número de parques y jardines en los que ponérselo difícil al bochorno.

Carmen V. Valiña

La llegada del verano provoca siempre en Madrid la aparición de las altas temperaturas. Hay quienes lo llevan mejor y para quienes el calor supone un verdadero suplicio. Unos y otros disponen en la capital de toda una serie de parques y jardines en los que refugiarse cuando el termómetro sube en exceso. Los hay más o menos silenciosos, masificados, escondidos y turísticos. Pero todos ellos tienen la virtud de traer un trocito de naturaleza a la gran ciudad:

Entre los jardines que, por su carácter recoleto y como agazapado, resultan una sorpresa para quien los descubre, podríamos mencionar el del Príncipe de Anglona y el Huerto de Las Monjas. El primero se encuentra situado en una esquina de la Plaza de la Paja, en el corazón de La Latina, por lo que puede ser un buen lugar en el que tomarse un respiro antes o después de darnos un paseo por una de las zonas de cañas más concurrida de la capital. Por su parte, el Huerto de Las Monjas, también ubicado en la zona histórica de la ciudad, en el número 7 de la calle de Sacramento, estuvo hasta 1972 protegido por los altos muros de un convento. De ese pasado de enclaustramiento y encierro le ha quedado un poso como de fotografía congelada en el tiempo, de atmósfera del Madrid del Siglo de Oro.

Y si estos dos son jardines de pequeño tamaño, llama la atención que sea también desconocido para la mayoría de turistas y hasta para muchos madrileños otro de muchas mayores dimensiones y gran monumentalidad: el Parque de El Capricho. Creado, como su propio nombre indica, de la 'fantasía' de la duquesa de Osuna, se trata de uno de los recintos más bellos de la capital. A su variedad vegetal se unen los pequeños templetes, estanques, etc. que lo dotan de un aire delicado y característico.

Y es que cada uno de los jardines de Madrid tiene su peculiar carácter: por ejemplo, los del Palacio Real, Sabatini y Campo del Moro, guardan el aire real de magnificencia con el que fueron creados por la monarquía, aunque hoy su carácter elitista se haya esfumado y constituyan una de las vistas más agradables para cualquiera que se acerque a Madrid. El Parque de El Retiro es 'el parque' por excelencia: el más populoso, el que concentra un mayor número de actividades, el que supone una visita obligada para los turistas y un remanso diario de paz para los madrileños y quienes viven en la ciudad de manera habitual. Y aunque a veces se olvide y sólo se preste atención a esa faceta más turística, lo cierto es que concentra otros elementos de gran interés, desde el Palacio de Cristal y el monumento a Alfonso XII hasta fuentes de elevado valor artístico. A su lado pero mucho menos concurrido, el Jardín Botánico es el de aquellos que buscan la tranquilidad y la experiencia científica de las más de cinco mil especies de plantas vivas allí reunidas, entre las que brillan con especial esplendor las rosas antiguas donadas por Rosa Urquijo o la colonia de árboles frutales, así como un ciprés que data de la época de la fundación del jardín y una colección de plantas carnívoras.

Son más todavía los rincones verdes de Madrid en los que refugiarse de las altas temperaturas: el claustro del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, un buen lugar para hacer un alto entre obras maestras del arte contemporáneo; la Casa de Campo, con el Parque de Atracciones y el Zoo en su interior. Y, uno de los últimos en sumarse a la lista, el Parque Juan Carlos I. Con su lago, su ría, sus paseos, y un olivar centenario desde el que ver pasar el tiempo. Un parque joven que sigue mostrando que en medio del bullicio de la gran ciudad, Madrid también presta atención a su cara más verde.


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