Dimite el ministro alemán de Trabajo por un ataque en Afganistán

El ministro alemán de Trabajo, Franz Josef Jung, dijo el viernes que ha presentado su renuncia a la canciller Angela Merkel entre críticas por el encubrimiento de un ataque aéreo en el que murieron civiles en Afganistán, cuando era ministro de Defensa.

Jung, de 60 años, dijo que dimitiría como titular de Trabajo después de un aluvión de llamamientos para que asumiera su fracaso a la hora de revelar detalles del ataque aéreo del 4 de septiembre en el que, según el Gobierno afgano, murieron 69 talibanes y 30 civiles.

"Por la presente, asumo la responsabilidad política por las normas de comunicación interna del Ministerio de Defensa", dijo Jung, cuya dimisión siguió a la de su ex viceministro y líder de las fuerzas armadas el jueves.

Las fuerzas alemanas pidieron a un caza estadounidense que llevara a cabo el ataque en Kunduz, la operación más mortífera en la que se han visto implicadas tropas alemanas desde la II Guerra Mundial.

Jung había negado repetidamente que hubieran muerto civiles en el ataque, el cual ha reforzado la oposición a la presencia alemana en Afganistán, mientras Merkel trabaja para ampliar la presencia de los soldados en aquel país.

El jueves, Jung admitió en el Parlamento que conocía desde hace semanas la existencia de un informe militar que apuntaba a que habían fallecido civiles. Eso incrementó las presiones sobre él para que dimitiera.

Sin embargo, afirmó que no tenía "conocimiento concreto" sobre su contenido porque se había pasado directamente a la OTAN.

El parlamento podría ordenar una investigación del ataque aéreo.

Alemania tiene unos 4.250 soldados en Afganistán. Se espera que el Parlamento renueve la próxima semana la autorización que permite al Gobierno de Merkel desplegar hasta 4.500 soldados en el país, aunque las autoridades han indicado que la cifra podría incrementarse el año que viene.

La misión se ha vuelto cada vez más impopular en Alemania y otros estados miembros de la OTAN cuando la violencia ha alcanzado sus niveles más altos desde que los talibanes fueron derrocados del poder en 2001.