Este artículo se publicó hace 16 años.
La diplomacia del fútbol podría ayudar a Turquía y Armenia
El partido de fútbol que se va a disputar el sábado en el estadio Hrazdan de Ereván, la capital de Armenia, podríamarcar una nueva era en las relaciones entre armenios y turcos, marcadas por la hostilidad desde hace casi 100 años.
El presidente Abdulá Gül se convertirá en el primer dirigente turco que visita la vecina Armenia cuando, invitado por su homólogo armenio, vuele a laEreván para ver el choque entre ambos, clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica 2010.
La visita tiene una importancia simbólica enorme para dos países que no tienen relaciones diplomáticas y cuya relación está obsesionada por elasesinato de cientos de miles de armenios por el imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial.
Si logran ir más allá del simbolismo y restablecen relaciones diplomáticas, ello podría tener una gran trascendencia para el papel de Turquía comopotencia regional, los flujos energéticos desde el mar Caspio y para la influencia occidental en la región del sur del Cáucaso, donde Rusia ha demostradosu fuerza con el envío de tropas a Georgia el mes pasado.
"La diplomacia del fútbol se convertirá en un nuevo término en el diccionario de la comunidad internacional" si después del partido hay una mejora realen las relaciones, dijo a Reuters el ex ministro armenio de Asuntos Exteriores Vardan Oskanian.
Turquía nunca ha abierto una embajada en Armenia y en 1993 decidió cerrar la frontera terrestre en una muestra de solidaridad con Azerbaiyán, otraantigua república soviética donde se habla turco y que perdió una guerra contra separatistas apoyados por Armenia de la región de Nagorno-Karabaj,que está en su territorio.
Armenia, apoyada por muchos historiadores occidentales, sostiene que hasta 1,5 millones de armenios murieron en un genocidio.
Turquía niega que fuera un genocidio y argumenta que las muertes fueron resultado de una guerra en la que también murieron muchos turcos.
IMPORTANCIA REGIONAL
Pero la decisión de Rusia de enviar tropas a Georgia, también ex república soviética fronteriza con Armenia y Turquía, ha convencido a muchos de queya es hora de que Ankara y Ereván dejen sus diferencias de lado.
que cenará con el presidente armenio, Serzh Sarksyan - sigan unas sustancialesnegociaciones diplomáticas.
Para Ereván, el primer paso sería que Turquía reabriera el enlace ferroviario. Para Ankara, que Armenia dejara de presionar a los parlamentosextranjeros para que califiquen las muertes de la Primera Guerra Mundial como genocidio, así como algún avance en la disputa sobre Nagorno-Karabaj.
"El reto es convertir (el partido) en una situación en la que los dos ganen, y eso sólo puede ser si hay una continuación a este periodo demostrativoinicial", manifestó Oskanian, que ahora dirige una fundación para el desarrollo y la democracia.
"Si no pasa (...) entonces Turquía habrá demostrado que esto era sólo un espectáculo. Y eso supone que tanto Armenia como la región serán losperdedores", agregó.
/Por Hasmik Mkrtchyan y Paul de Bendern/
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