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La disciplina contra la creatividad es la consigna de Dunga

Reuters

Por Brian Homewood

Brasil tiene una gran trayectoria en los mundiales de fútbol y ha contado con algunos de los mayores talentos individuales de la historia del fútbol, pero bajo el mandato de Dunga los jugadores clave en Sudáfrica 2010 serán los que trabajen duro y los que tengan espíritu de equipo.

En sólo cuatro años como seleccionador de Brasil, Dunga se ha visto envuelto en una casi obsesiva misión por eliminar el orgullo y el individualismo de un equipo conocido por realizar ambas facetas en grandes cantidades.

Como resultado, las palabras patriotismo, espíritu de equipo, trabajo duro y disciplina inundan el discurso del técnico, mientras que la palabra talento rara vez forma parte de su vocabulario.

Jugadores técnicamente bien dotados y admirados como Ronaldinho, Paulo Henrique Ganso y Neymar, del Santos brasileño, o el centrocampista Alex, del Fenerbahçe, han sido víctimas del nuevo orden y se han quedado fuera de la lista de convocados de Dunga.

Por otro lado, jugadores trabajadores como Kleberson, Gilberto Silva o Josué son parte de la selección, incluso cuando los tres están lejos del mejor momento de sus carreras.

Un equipo caracterizado siempre por sus delanteros, ahora impulsa a su portero Julio César y a los defensas Maicon y Lucio como sus jugadores más importantes.

"Desafortunadamente, ha elegido algo distinto a la cultura del fútbol brasileño, que siempre se ha basado en la creatividad como expresión", dijo Sócrates, ex capitán del equipo brasileño, en una reciente entrevista.

"Nos estamos desprendiendo de nuestra cultura", agregó.

El lateral Daniel Alves no cuenta apenas en el equipo de Brasil, aunque el jugador del Barcelona no se queja.

"No estoy preocupado por salir de titular o estar en el banquillo, porque esa diferencia no existe en este grupo", dijo Alves.

"El técnico toma sus decisiones y el resto debe esperar sus oportunidades. Lo más importante es estar en el grupo y defender la camiseta brasileña", agregó.

EFECTIVIDAD ARROLLADORA

La nueva política ha hecho de Brasil un equipo arrollador y efectivo que, bajo el liderazgo de Dunga, ha ganado la Copa América y la Copa Confederaciones, además de haber finalizado primero en la fase de clasificación para el Mundial del grupo sudamericano.

Sin embargo, la diversión ya no forma parte de su fútbol y la mayoría de los goles brasileños son generados en contraataques o en jugadas a balón parado.

La etapa de Dunga es vista por todos como una reacción al fracaso del Mundial 2006, cuando un equipo desbordado de figuras y del que se esperaba que brillara en el torneo con su fútbol ofensivo mostró un pobre juego y terminó cayendo 1-0 ante Francia en cuartos de final.

En una táctica ampliamente criticada, el equipo del Mundial de Alemania se preparó en una atmósfera festiva en el pueblo suizo de Weggis, donde 5.000 aficionados pagaron por seguir cada sesión de entrenamientos.

Dunga, que se ganó una reputación como implacable, gruñón y férreo centrocampista en sus días como jugador, fue elegido como la persona ideal para restaurar el orden, a pesar de no tener experiencia como entrenador de equipos de alto nivel.

Dunga prohibió a los jugadores dar entrevistas exclusivas y los medios brasileños dijeron el viernes que el delantero Robinho se había ganado una reprimenda por parte del técnico tras hablar con una televisión en su día libre.

Kaká, que fue elegido mejor jugador del mundo en 2007, es el único jugador que podría brillar en la selección brasileña, pero sus últimas dos temporadas han sido frustrantes y han estado plagadas de lesiones lo que ha hecho que no se le considere al mismo nivel de figuras como Lionel Messi, Xavi o Fernando Torres.

En cualquier caso, incluso él prefiere mantenerse al margen de las críticas.

"No ganas nada sólo en el fútbol. Todo lo que he ganado ha sido porque he sido parte de un gran equipo", dijo Kaká, como si Dunga hubiese escrito sus declaraciones.

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