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El doble estigma de ser mujer y drogodependiente

Sólo un 9% de los drogodependientes atendidos por Proyecto Hombre en 2012 eran mujeres. El acceso a programas de ayuda es más difícil para ellas, en un país en el que alrededor del 80% de las mujeres drogodependientes son ad

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

El 91% de los drogodependientes atendidos por Proyecto Hombre durante el año 2012 son varones, o lo que es lo mismo: sólo el 9% de quienes han recibido estas ayudas son mujeres. Las cifras pertenecen al estudio Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, informe 2012, presentado el pasado martes en Madrid. El director del Observatorio, Antonio Jesús Molina, asegura que a pesar de que el porcentaje de mujeres consumidoras de drogas es menor al de hombres, se hace evidente la dificultad añadida a la que se enfrentan las mujeres para acceder a los programas de ayudas.

El peso de las cargas familiares y el doble estigma que según Molina conlleva ser mujer y drogodependiente son algunos de los factores que explican esta realidad. Por otro lado, según el Comité Asesor Técnico de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE) medio millón de españoles tienen problemas con el alcohol, aunque solo un 10% solicita la ayuda de profesionales. El hecho de que el alcohol sea la sustancia adictiva más popular entre las mujeres, y la tolerancia social de la que goza esta droga en nuestro país ayudan a comprender el porqué de la invisibilidad femenina en estos campos, tradicionalmente asociados al género masculino. Nada más lejos de la realidad. Los estudios del Plan Nacional de Drogas establecen que el número de consumidoras no ha crecido en los últimos años, pero sí mencionan la persistencia del consumo en el sector femenino.

Y esto no es todo: en España, alrededor del 80% de las mujeres drogodependientes son víctimas de malos tratos por sus parejas o ex parejas. El dato, presentado en el seminario Mujeres y Drogas organizado en Málaga por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Instituto de Naciones Unidas para la Investigación Interregional de la Delincuencia y la Justicia (UNICRI) muestra, en opinión de los asistentes, la 'fehaciente relación' entre las adicciones y este tipo de violencia. El delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín asegura que los malos tratos originan adicciones, y al mismo tiempo, las adicciones, por regla general, abocan a la mujer a ser más permisiva con los malos tratos: es la pescadilla que se muerde la cola.

Sanidad reconoce la necesidad de dar un enfoque de género a las medidas contra las adicciones

Ante esta situación, Sanidad reconoce que es necesario dar un enfoque de género a las medidas de prevención y tratamiento de las drogodependencias, creando una serie de protocolos de atención específica a la mujer con adicciones con dos objetivos de base: el acceso de la mujer al mercado laboral y la investigación, para ayudar a las administraciones a implantar las medidas más adecuadas para combatir esta realidad. Asimismo, el ministerio recuerda los 12 millones de euros del Espacio Económico Europeo invertidos en proyectos de inserción socio-laboral de mujeres en situación vulnerable.

El Informe Mundial de Drogas 2013 publicado el pasado jueves 27 de junio por la ONU alerta del aumento en el número de consumidores de drogas. Solo en 2011, 315 millones de personas consumieron alguna droga al menos en una ocasión- el alcohol no entra en este baremo- y hasta 39 millones de personas en todo el globo pueden ser consideradas 'consumidoras problemáticas de drogas'. Naciones Unidas también alerta sobre la profusión de drogas sintéticas de nueva generación, y recuerda que en 2011 247.000 personas fallecieron debido al consumo de estupefacientes.

Estas cifras dan una idea del enorme problema al que se enfrenta la sociedad, y lo cierto es que las mujeres no pueden ser consideradas el único grupo vulnerable.
Proyecto Hombre subraya las dificultades de otros sectores de la población -sólo un 1% de los atendidos en 2012 eran inmigrantes- para acceder a sus programas de ayuda. Tal y como destacaron durante la presentación de su último informe, parece evidente que instituciones, programas de ayuda y otros agentes deben hacer un esfuerzo para concienciar a los ciudadanos del peligro que suponen las drogas, prevenir el consumo e instaurar un sistema para asistir debidamente a los consumidores más vulnerables, fomentando la igualdad entre todos los afectados por la lacra social de las drogas.

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