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Doce ediles dejan el PSOE para echar al PP en Benidorm

Los concejales socialistas desobedecen las directrices del partido y presentan una moción de censura. Se dan de baja como militantes para no ser expulsados por la Ejecutiva Federal

BELÉN TOLEDO

A las 10:30 de la mañana de ayer, los 12 concejales del PSOE en Benidorm pusieron fin a un verano lleno de especulaciones sobre su futuro político. A esa hora, se encaminaron hacia el mostrador correspondiente y registraron una moción de censura. Gracias a este movimiento, y si no hay ningún cambio de última hora, los socialistas arrebatarán la Alcaldía al PP. Lo conseguirán porque han llegado a un acuerdo con un tránsfuga, José Bañuls, que en junio abandonó las filas conservadoras.

Con su decisión, los concejales benidormís han violado el Pacto Antitransfuguismo acordado por PP y PSOE a nivel nacional. Además, han hecho añicos el compromiso que su partido había adquirido en las últimas semanas. Tanto el líder del PSOE regional, Jorge Alarte, como la número tres nacional, Leire Pajín, repitieron hasta la saciedad que 'no habrá' moción de censura y que los ediles serían expulsados si la materializaban.

La baja, antes de la expulsión

Ayer, una vez conocida la noticia, Alarte argumentó que no ha podido controlar a los ediles benidormíes e insistió en que todos dejarían de ser miembros del PSOE. Para evitar la expulsión, los concejales socialistas hicieron pública ayer una complicada e inédita estrategia. Presentaron la moción de censura y al mismo tiempo anunciaron que ellos mismos pedirán la baja del partido 'en las próximas horas', según Agustín Navarro, portavoz del grupo municipal y futuro alcalde. 'Teníamos que elegir entre la disciplina de partido o nuestra ciudad. Entre el PSOE o Benidorm', explicó Navarro. Aseguró que Benidorm ha caído en una situación de 'desgobierno' y que es necesaria una 'regeneración ética'.

La de Benidorm es una moción de censura anunciada desde que el pasado mes de junio José Bañuls anunciara que dejaba las filas del PP por falta de entendimiento con el alcalde, Manuel Pérez Fenoll.La marcha del tránsfuga dejó al Ayuntamiento en una situación comprometida: el PP quedaba con el mismo número de concejales que el PSOE.

El equipo de gobierno se encontró sin mayoría para sacar adelante sus propuestas. Por su parte, los socialistas se aliaron con Bañuls para aprobar varios acuerdos en el pleno, entre los que estaba la contratación de asesores y la creación de un sueldo de más de 2.000 euros para el tránsfuga. Finalmente, el PP anuló estos acuerdos en un pleno posterior.

No obstante, para buscar las causas de esta moción de censura hay que remontarse mucho más allá de este verano. Concretamente a 1991. Ese año, una concejal socialista, Maruja Sánchez, abandonó la disciplina del partido y apoyó al PP para arrebatar la Alcaldía al PSOE. Así se convirtió en primer edil Eduardo Zaplana, que comenzó una andadura ascendente en la política valenciana que lo llevaría a ocupar la presidencia de la Generalitat en 1995.

Aquella pérdida se convirtió en un trauma para los socialistas de Benidorm, que han visto en la indisciplina de Bañuls una oportunidad para la venganza. Una buena muestra es que el PSOE se sirvió del apoyo del tránsfuga para, el pasado mes de julio, intentar destituir a Maruja Sánchez, que trabaja como asesora del PP desde 1991 'y cobra más de 2.000 euros por ni siquiera ir a trabajar', se queja Navarro. Él es, además, uno de los dos concejales socialistas que quedan de aquella época.

Por su parte, el PP valenciano acusó ayer al PSOE de haber 'firmado la defunción del Pacto Antitransfuguismo', en palabras de Ricardo Costa, su secretario general. El dirigente conservador pidió, además, la dimisión de Jorge Alarte porque 'ha mentido y engañado a los ciudadanos' al afirmar que no habría moción de censura.

Costa aseguró que el gesto de los ediles socialistas de pedir la baja en el partido es 'una tomadura de pelo con premeditación y alevosía'. Destacó que una de las concejales firmantes de la moción es la madre de Leire Pajín, Maite Iraola, y que, por tanto, 'nadie se cree' que la número tres del PSOE no estuviera al tanto de los planes del grupo.

 

 

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