Este artículo se publicó hace 16 años.
Doce palestinos y un israelí muertos en una nueva escalada de violencia
La violencia en la franja de Gaza y en el sur de Israel ha vuelto a repuntar hoy, miércoles, con la muerte de al menos once palestinos y un israelí en ataques a ambos lados de la frontera que parecen conducir a una nueva escalada en la región.
Otro palestino, un miliciano de las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, murió hoy en la ciudad cisjordana de Naplusa en una redada del Ejército israelí, que alegó que la víctima, así como otros cuatro individuos que fueron detenidos, "preparaban un atentado para los próximos días", según un comunicado oficial.
La operación en Naplusa la llevó a cabo una unidad combinada del Ejército y de la Policía de Fronteras disfrazados de árabes.
Testigos relataron que los agentes bajaron de un minibús y abrieron fuego contra un taxi en el que se hallaban los cinco militantes.
Pero la nota dominante de la jornada estuvo a ambos lados de la frontera entre Gaza e Israel, donde se produjeron incesantes ataques aéreos sobre la franja y continuos disparos de cohetes Kasam sobre las localidades del sur de Israel.
Fuentes hospitalarias en la franja cifraron los heridos en alrededor de una veintena, al menos uno de ellos en estado crítico, y dijeron que entre las víctimas mortales hay al menos dos menores de edad.
Los dos niños fueron víctimas de un cohete disparado contra un grupo de milicianos en los alrededores del campo de refugiados de Yabalía y que "pudo errar el blanco", según un portavoz militar.
Otro de los muertos no ha podido ser identificado debido al estado en el que llegó su cadáver, según el responsable del servicio de emergencias del Ministerio de Sanidad en Gaza, Moawiya Hasanein, y el resto eran milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, la Yihad Islámica y los Batallones de Izadin Al Kasam, brazo armado de Hamás.
El Ejército israelí, que mantiene el control exclusivo de los cielos de Gaza, bombardeó posiciones en la franja en más de una docena de ocasiones desde la madrugada.
Paralelamente, milicianos palestinos dispararon medio centenar de cohetes, cuarenta de ellos en un espacio de cuatro horas esta tarde, y que tuvieron como blanco principal la ciudad de Sderot.
La víctima mortal, un estudiante de unos 30 años, se registró no obstante en un ataque contra la Academia universitaria Sapir, en la zona fronteriza.
"Estuvimos dos horas entrando y saliendo de los refugios, sin poder regresar a casa; han caído cohetes por toda la zona", dijo a Efe una funcionaria administrativa de ese centro que pidió no ser identificada.
Se trata de la undécima víctima mortal a causa de un cohete Kasam desde 2001, cuando el brazo armado de Hamás comenzó a emplear este tipo de armas.
Asimismo, se informó de que un número indeterminado de cohetes cayeron en el sur de la ciudad de Ashkelón, posiblemente en una central eléctrica, porque se han producido varios apagones en la ciudad.
Israel no suele confirmar impactos en blancos considerados "estratégicos" para no revelar el ángulo de tiro al enemigo.
La escalada de hoy ha tomado por sorpresa a los máximos mandatarios de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ehud Olmert y Mahmud Abás, respectivamente, que se hallan en el extranjero.
Desde Tokio, Olmert advirtió de que "nadie en Hamás, desde el más bajo funcionario hasta el más alto dirigente, tendrá inmunidad en esta guerra".
Según una fuente próxima al primer ministro israelí, que concluye hoy una visita oficial a Japón, el ministro de Defensa, Ehud Barak, le tiene constantemente al tanto de la situación desde la masiva caída de cohetes esta tarde.
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