Este artículo se publicó hace 12 años.
"El dominio inevitable de Hollywood está menguando"
Mike Leigh, presidente del jurado, reivindica el papel de los festivales
Aitana Vargas
A la Berlinale se le recrimina permanentemente haber perdido su potencial de atracción respecto a las estrellas, un mal necesario que garantiza su supervivencia en estos tiempos de máxima incertidumbre. En una edición no especialmente sobrada de visitantes estelares entre las películas a concurso, el festival ha conseguido reunir a un elenco espectacular en las filas de su jurado oficial, que ayer se presentó al completo ante los medios en una rueda de prensa impregnada del sarcasmo de su presidente, Mike Leigh.
En el jurado también figuran los actores Jake Gyllenhaal, Charlotte Gainsbourg y Barbara Bukowa, antigua musa de Fassbinder y Lars von Trier. Además del fotógrafo y realizador holandés Anton Corbijn, del cineasta francés François Ozon, un asiduo de la sección oficial berlinesa, y del iraní Asghar Farhadi, ganador del Oso de Oro en 2011 con Nader y Simin, una separación, la auténtica sensación de la pasada edición. Tras su rotundo éxito en la Berlinale, a la que había llegado sin generar una gran expectación, consiguió lanzar la carrera internacional de la película, favorita para hacerse con el Oscar al mejor filme de habla no inglesa y también nominada en la categoría de mejor guión original, una especie de milagro para una película de sus dimensiones. Ese éxito inesperado da alas al festival que lo descubrió, acusado de encontrarse en horas bajas y de privilegiar un cine político desnatado y de escasa calidad.
Mike Leigh se dijo orgulloso de formar parte de un festival ajeno a los gustos hegemónicos y pensado para impulsar el cine que suele quedar en los márgenes. El ejemplo de Nader y Simin lo certifica. "Existe un cine mundial y luego está Hollywood", sostuvo. "Por primera vez, siento que ese dominio inevitable está menguando. Son buenas noticias. Festivales como este están a prueba de Hollywood". A su lado, Ozon discrepaba cordialmente: "Tampoco hay que autoengañarse. Estas no son necesariamente las películas que los espectadores ven", sostuvo.
Todos los componentes del jurado se dijeron orgullosos de haber pasado "al otro lado", pero también impresionados por "la responsabilidad" de juzgar a sus colegas. Incluida una Charlotte Gainsbourg que volvía tras una baja de maternidad de nueve meses y que prefirió hablar francés en vez de inglés. "Es demasiado temprano", se excusó.
Un extraño anda sueltoTampoco Jake Gyllenhaal, con cara de padecer un jet lag de caballo, parecía tener su mejor día. Un periodista le recriminó ser "el único que no encaja" entre un grupo de personalidades con pedigrí de autor. Leigh tuvo que salir en su auxilio. "No tiene ningún motivo para sentirse excluido", respondió el director, que recordó el código genético del festival envuelto en la nieve y ajeno a la burbuja de glamour de Cannes. "Este festival es distinto, por su espíritu informal y su joie de vivre. Tal vez todo tenga que ver con que se celebra en invierno. Si se celebrara en verano, todo sería distinto", sostuvo Leigh.
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