'Se aproximan cuatro partidos extraordinarios, que harán un ruido tremendo'. Así resumió ayer el director general del Real Madrid, Jorge Valdano, el maratón de clásicos que se avecina.

El primero, el de Liga, mañana mismo en el Bernabéu. Madrid y Barça, Barça y Madrid, los dos imperios futbolísticos liderados por dos entrenadores antagónicos como Mourinho y Guardiola, Guardiola y Mourinho, se van a disputar los tres títulos de la temporada en un póker de enfrentamientos directos, aunque en el caso de la Champions el vencedor de la eliminatoria aún deberá ganar la final de Wembley.

Las preguntas que surgen son muchas. ¿Quién de los dos equipos llega mejor y más fresco a este cuádruple cara a cara? ¿Rotará Mourinho en el partido de Liga pensando en la final de Copa? ¿Lo hará Guardiola si considera que el título liguero ya está sentenciado aunque pierda mañana? ¿Si por contra el Barça gana en el Bernabéu, irá a Mestalla crecido? ¿Lo estará el Madrid si limpia la afrenta del 5-0 y se sitúa a cinco puntos a falta de 18? Preguntas, preguntas y más preguntas.

¿Las respuestas? Sólo algunas parecen evidentes, como que el favorito sigue siendo el Barça, no sólo por el 5-0 del Camp Nou y los ocho puntos de diferencia en la Liga, sino porque es un equipo más hecho y con un fútbol más fiable. Ahora bien, el Madrid tiene potencial suficiente para plantarle cara. La Liga la tiene casi imposible, en la final de Copa saldrá vestido de cordero y Mourinho ya demostró con el Inter cómo se las gasta a doble partido.