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La economía china sigue pisando el freno

El crecimiento del gigante asiático continúa en fase de frenado, iniciada hace ya más de dos años, con una subida del PIB del 7,4% en el tercer trimestre, un nuevo mínimo en los últimos tres años.

Antonio Broto / EFE

El crecimiento de China continúa en fase de frenado, iniciada hace ya más de dos años, con una subida del PIB del 7,4% en el tercer trimestre de 2012, frente al 7,6% del segundo y el 8,1% del primero, aunque Pekín confía en una estabilización y en lograr los objetivos macroeconómicos anuales.

Con gran expectación de los mercados, el Buró Nacional de Estadísticas chino (NBS) publicó este jueves las cifras macroeconómicas del tercer trimestre, que se alinean con las predicciones de los analistas y que suponen una reducción de dos décimas en el crecimiento de la segunda economía mundial, así como un nuevo mínimo en los últimos tres años. La persistente desaceleración es fruto de 'una demanda internacional muy débil y las dificultades de las empresas nacionales', señaló al hacer públicos los indicadores el portavoz del NBS, Sheng Laiyun, quien subrayó que 'lograr el objetivo de un crecimiento estable en 2012 no será fácil'.

Las cifras trimestrales confirman que una China aún muy dependiente de sus exportaciones para crecer continúa afectada por la recesión de importantes socios, como la Unión Europea. No obstante, la bajada de dos décimas es menor que la registrada en el pasado trimestre, de cinco décimas, lo que da al Gobierno chino confianza en que se logrará el objetivo fijado de crecer por encima del 7,5% para este año. Es una cifra en todo caso discreta, comparada con el 9,2% conseguido en 2011.

Por el momento, de enero a septiembre China acumula un aumento del PIB del 7,7%, hasta sumar en nueve meses 35,34 billones de yuanes (5,61 billones de dólares, 4,3 billones de euros), y los analistas ven posible un repunte en el cuarto trimestre, por lo que la segunda economía mundial podría terminar 2012 con un alza del 7,8%. 'Tenemos confianza en lograr los objetivos', señaló el portavoz del NBS, quien subrayó que en todo caso 'todavía hay factores desestabilizadores y de incertidumbre tanto dentro como fuera de China'.

En similar tono optimista pero de cautela se manifestó en la víspera de la publicación de los indicadores el primer ministro chino, Wen Jiabao, al asegurar que la economía nacional 'ha comenzado a estabilizarse y a experimentar cambios positivos' en el tercer trimestre del año. El NBS también publicó otras cifras macroeconómicas, como la inversión en activos fijos acumulada en los tres trimestres de 2012 (sin contar el sector inmobiliario), que ascendió a 25,69 billones de yuanes (4,1 billones de dólares, 3,13 billones de euros). Ello supuso un aumento interanual del 20,5%, 0,1 puntos porcentuales más que el crecimiento de la primera mitad del año.

Las inversiones inmobiliarias, por su parte, ascendieron a 5,1 billones de yuanes (814.000 millones de dólares, 621.000 millones de euros), un alza del 15,4% con respecto al mismo periodo de 2011, que, sin embargo, es 16,6 puntos porcentuales menor que el registrado en los tres primeros trimestres de 2011. Las ventas al por menor (principal indicador del consumo) de enero a septiembre sumaron 14,94 billones de yuanes (2,38 billones de dólares, 1,82 billones de euros), un aumento del 14,1 % respecto al mismo periodo de 2011, que indica también ralentización (en la primera mitad del año la subida interanual fue del 14,4%).

La producción industrial en las empresas estudiadas por el NBS subió en el mismo periodo un 10%, un descenso de cinco décimas con respecto al crecimiento de la primera mitad de 2012 comparado con el primer semestre de 2011. En días previos, las estadísticas oficiales publicaron un sorprendente aumento de las exportaciones chinas de septiembre (9,9%, la cifra mensual más alta del año) y una baja tasa de inflación ese mes, del 1,9% (una décima menos que en agosto).

Son unos datos que, junto a una menor caída del crecimiento entre julio y septiembre, motivan un leve optimismo ante el posible final de la fase de freno de la economía china. Los observadores coinciden, pese a todo, en que para ello el país asiático depende de la recuperación de socios comerciales vitales, como la Unión Europea (UE).

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