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Economistas dicen Presupuestos 2009 pecan de excesivo optimismo

Reuters

Pese a su vitola de austeros, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que el Gobierno ha diseñado para 2009 han sobrestimado la capacidad de crecimiento de España en un momento de fuerte desaceleración económica y de crisis financiera globales, en opinión de economistas.

Las grandes cuentas prevén un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del uno por ciento en contraste con una parte de las previsiones de analistas privados que contemplan una contracción en 2009 tras más de una década de continuada y fuerte expansión.

"No tengo nada claro que puedan cumplirse las previsiones. Creo que varios esperamos un crecimiento negativo el año próximo y, si eso es así, en algún momento habrá que ajustar las previsiones", dijo José Luis Martínez, estratega de Citigroup.

El Ejecutivo también mantuvo su previsión de crecimiento del PIB para este año en el 1,6 por ciento frente al 3,7 por ciento de 2007.

Para el economista de Analistas Financieros Internacionales, Carlos Maravall, la proyección de 2009 tampoco es realista.

"Estamos pensando en darles la vuelta a nuestras previsiones de crecimiento y que sean negativas por todo lo que esta saliendo y con la crisis financiera", indicó Maravall.

No obstante, el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, dijo que estas cuentas eran rigurosas como corresponde al delicado momento que atraviesa la economía.

"(Los presupuestos) son los más austeros que este país ha tenido en muchos años", dijo en una rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros.

Para el principal partido de la oposición, las cuentas del próximo año indican que el Gobierno ha tirado la toalla frente a la crisis.

"Los PGE son los del regreso del déficit público y traerán más paro y más crisis", dijo el portavoz para asuntos económicos del PP, Cristóbal Montoro.

La ola de desconfianza e incertidumbre desatada a escala global por la crisis de las hipotecas "subprime" en Estados Unidos ha echado raíces tan profundas entre la comunidad financiera mundial que nadie duda de que provocará una fuerte y prolongada sacudida sobre el crecimiento mundial.

España, que en opinión de los expertos tampoco se podrá sustraer a los efectos de la actual sacudida internacional, cuenta con sectores en fase de hondo declive, como el constructor, sobre el que se ha edificado una parte sustancial del vigoroso crecimiento anterior.

El Gobierno, que desde que llegara al poder en 2004 se ha esforzado por potenciar factores de crecimiento más sólidos que el meramente sostenido por la actividad inmobiliaria y el consumo, ha visto cómo el deprimido escenario exterior no ha respaldado sus planes para diversificar sus fundamentos.

Pese a ello, las grandes cuentas de 2009 seguirán empeñadas en espolear la inversión en I+D+i y acelerar la productividad a sabiendas de que su resultado económico no es cortoplacista.

"Se trata de unos Presupuestos austeros y rigurosos, que concentran el gasto en los sectores que más pueden contribuir a la recuperación de la actividad, como las infraestructuras y la I+D+i", dijo Solbes.

SOLIDARIDAD

Pese al difícil escenario económico que asola a la economía global, el Gobierno también continúa sólido en su convicción de que no cabe dar un paso atrás en materia de gasto social.

"Son también unos Presupuestos con un marcado carácter solidario, que garantizan la protección social a los sectores más débiles reforzando el gasto en desempleo, pensiones y dependencia".

Por ello, el Ejecutivo encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero ha destinado en 2009 una partida de 2.000 millones de euros destinada al Servicio Público de Empleo para garantizar el pago de las prestaciones por desempleo.

La fuerte desaceleración económica que registra la economía española ha disparado las proyecciones de economistas que ahora prevén un fuerte aumento de la tasa de paro que en el segundo trimestre de este año se situó en el 10,44 por ciento.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, invitó el jueves a sindicatos y empresarios a hacer todos los esfuerzos para evitar un deterioro mayor del mercado laboral en esta fase de debilidad económica.

A partir de ahora, los PGE tendrán que pasar por un largo proceso legislativo en el Congreso y en el Senado y eventualmente se aprobarán en diciembre si superan la presumible fuerte oposición política que les espera ante la falta de una mayoría absoluta del Ejecutivo en ambas cámaras legislativas.

/Por Manuel María Ruiz y Andrew Hay/

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