Este artículo se publicó hace 13 años.
Economistas ortodoxos discrepan de los ajustes
Las voces críticas con la ortodoxia dominante se extienden por la derecha
Ya no son sólo economistas marxistas como los de la revista Monthly Review ni poskeynesianos como James K. Galbraith o los del Centre for Economic and Policy Research o keynesianos clásicos como Joseph Stiglitz y Paul Krugman. Las advertencias de que los durísimos planes de ajuste centrados en la reducción inmediata y brutal del déficit como los que se aplican en la UE bajo el impulso del PP Europeo y que los republicanos acaban de imponer en Estados Unidos desde el Congreso pueden ser contraproducentes y llevar a la recesión empiezan a llegar también desde la pura ortodoxia económica. E incluso desde agentes destacadísimos de los mercados financieros.
Camino "erróneo"Feldstein, exasesor de Reagan, cree que todo el esfuerzo debe ir al empleo
Según ha contado esta semana The New York Times, gurús ortodoxos del calibre de Martin Feldstein, exasesor de Ronald Reagan, y Henry Paulson, secretario del Tesoro con George W. Bush, han advertido de que el camino emprendido recortes inmediatos del déficit sin nuevas medidas de estímulo es "erróneo". En su opinión, la prioridad debe ser destinar todos los esfuerzos públicos a crear empleo y, simultáneamente, establecer un plan de reducción del déficit, pero a largo plazo. Un programa, pues, típicamente keynesiano.
La misma opinión tiene BillGross, gurú de Pimco, el gigante mundial de la renta fija y mayor tenedor de deuda soberana: en un artículo en The Washington Post ha lamentado el enfoque "antikeynesiano" en marcha: "La obsesión por la deuda en lugar de por la creación de empleo responde a la creencia equivocada de que un presupuesto equilibrado producirá una economía equilibrada". En el mismo periódico, otro importante inversor, Liaquat Ahamed, autor de Señores de las Finanzas, escribía en idéntica línea advirtiendo que las autoridades están leyendo mal a los mercados, en su opinión más preocupados por la vuelta a la recesión que por la deuda.
En Europa, el Financial Times, una de las biblias liberales, publicó el pasado miércoles un tajante editoral con el título El fantasma de Keynesronda la eurozona. El influyente rotativo de la City londinense sostenía sin ambages que los problemas de la UE se deben en buena medida a "la austeridad que los miembros de la eurozona están implantando colectivamente".
El gurú de Pimco, Bill Gross, critica la obsesión por la deuda
El editorial defiende los planes de ajuste en los países más asediados entre los que incluye España e Italia, pero exige que Alemania y otros países con "margen de maniobra" se liberen de los "halcones fiscales" y recuperen a Keynes: "El duro ajuste fiscal en los países del sur tendría más posibilidades de ser exitoso si la caída de la demanda resultante puede compensarse con el aumento de la demanda de las economías europeas más potentes". Y concluye: "Las promesas de la austeridad son más creíbles si no suprimen innecesariamente el crecimiento".
Hasta la directora del FMIA la ola se ha sumado Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional y exministra del derechista Nicolas Sarkozy, que ha publicado el artículo Cómo impedir el parón de la economía, con argumentos clónicos a los del Financial Times: "Sabemos que apretar el freno bruscamente afectaría a la recuperación y a las perspectivas de empleo. Aunque parezca contradictorio, para alcanzar una consolidación fiscal adecuada es necesario un equilibrio entre la apuesta por el crecimiento y el empleo a corto plazo y la consolidación a medio plazo", concluye.
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