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Los editores reunidos en Formentor critican el empobrecimiento de la cultura

EFE

Los editores que participan en la cita literaria Conversaciones de Formentor (Mallorca) han criticado "el creciente empobrecimiento y la banalización de la cultura en la sociedad", que les impide hacer llegar a los lectores libros que "escapen del dictado de la industria del puro entretenimiento".

Así lo exponen en las conclusiones de un encuentro a puerta cerrada celebrado en Formentor, en el que participaron tanto representantes de grandes editoriales como Alfaguara, Mondadori y Santillana, así como de otras más pequeñas como Cort, Lumen, Moll, Fisher, El Tall, Salobre y Alfabia.

Los editores destacan que el principal problema al que se enfrentan hoy en día no es "la irrupción aún en ciernes del libro digital", sino la mala situación de la cultura, según el documento, facilitado por la Conselleria balear de Presidencia.

"Los editores encuentran cada vez más dificultades para hacer llegar a los lectores los libros que se escapan del dictado de la industria del puro entretenimiento, aquellos libros que defienden la excelencia literaria, el riesgo y la combatividad como herramienta de conocimiento individual y social", indican las conclusiones.

Este problema se agrava con la "progresiva deserción", por parte de los medios de comunicación, de "sus obligaciones críticas e informativas", ya que, en su opinión, están "dedicados tan sólo a hacerse eco de la publicidad editorial" y ello "contribuye a la simplificación del panorama literario".

Los editores reclaman así "el retorno de una crítica independiente y rigurosa, capaz de fijar referencias fiables para que los lectores puedan elegir libremente y con conocimiento de causa sus opciones y den posibilidades de difusión a las nuevas voces".

Asimismo, los editores reunidos en Formentor solicitan un "pacto" con las televisiones públicas para que el libro "deje de tener en la programación un espacio residual y meramente ornamental".

No solo reclaman cambios a los medios de comunicación sino también a las instituciones y, en este sentido, critican que, "más que campañas efímeras de promoción de la lectura, hace falta una reforma educativa que fortalezca el hábito de lectura desde la infancia".

"La reforma educativa no puede limitarse a facilitar a los niños un ordenador", afirman los editores, para quienes se debe apostar por una "implantación decidida" de bibliotecas escolares para "imbuir la experiencia del libro, en cualquier formato, como forma primordial de conocimiento", ya que de lo contrario "se pone en peligro el modelo ilustrado de que el ser humano pueda pensar y decidir por sí mismo en cualquier ocasión de su vida".

Y es que, en su opinión, el efecto beneficioso de las nuevas tecnologías se puede "arruinar" si antes el adolescente no ha adquirido una disciplina de lectura.

Según los editores, los nuevos soportes favorecen una lectura "a menudo rápida y fragmentada de textos breves intercalados con imágenes y vídeos, y sustituyen la experiencia del conocimiento o de la memoria a la consulta compulsiva de informaciones en internet".

"Las continuamente cambiantes tecnologías son enriquecedoras cuando quien las maneja ha sabido formarse un criterio", opinan los editores reunidos en Mallorca.

En cuanto al libro digital, resaltan que el momento actual no permite prever ni sus efectos ni su evolución, y recuerdan que se han invertido millones en digitalizar textos "cuya rentabilidad económica es aún una incógnita", aunque consideran "un deber" hacerlo.

"Gutemberg y el mundo digital están condenados a entenderse y los editores tiene la responsabilidad moral de arbitrar esta convivencia", explican las conclusiones.

En este sentido, consideran "imprescindible" la implantación de un marco legal pormenorizado, de ámbito estatal y europeo, para "sortear los peligros de la piratería y el fraude".

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